Fue la noticia del fin de semana, sin dudas, del fin de semana. Más de 450 personas quedaron atrapadas en camiones, micros y vehículos en una larguísima fila que superó los 10 kilómetros, los varados en la Ruta 7 y el Túnel Internacional Cristo Redentor, quienes pasaron toda la noche del sábado a la espera de auxilio. Este panorama se repitió del lado chileno y es una consecuencia del intenso temporal de nieve que se registró en la Cordillera de Los Andes.
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Al respecto, Guillermo Amstutz, jefe Cuarto Distrito Vialidad Nacional, realizó un panorama de la compleja situación desatada en el macizo andino: “La situación en la ruta es la situación normal en épocas de tormenta de invierno, lo que ocurrió fue un desafortunado hecho que por suerte no trajo ningún tipo de víctima y fue el embotellamiento en un punto crítico, que es la curva de la soberanía a través de un derrape de un vehículo y el atoramiento de dos grandes camiones que a veces por ese apresuramiento de querer pasar y llegar se sobrepasaron unos a otros y quedaron atrancados e impidieron totalmente el tránsito vehicular. Por otro lado, algo que ocurre tan rápido y a veces no se puede resolver en breve tiempo, que fue que los vehículos de pasajeros e inclusive algunos colectivos confluyeron al lugar para tratar de pasar y lo que se armó fue un combo de embotellamiento muy serio que impidió poder despejar la ruta, que no era un despeje tanto de la nieve sino un despeje del atoramiento de vehículos que se produjo y que realmente nos tuvo en vilo a toda la ciudadanía y con un esfuerzo muy grade del Ejército Argentino, Gendarmería y de Vialidad Nacional que estuvieron prácticamente 24 horas con todo su equipo en plena noche, con 14, 15 grados bajo cero tratando de destrabar los vehículos, pero también asistiendo a la gente que estaba en esa zozobra”.
“Creo que después de ocurrido el hecho indudablemente hay muchas cosas que van a modificar las normas que hoy existen para el operativo en la cordillera. El tema del tránsito la semana pasada estuvo interrumpido en forma precautoria y tuvimos críticas de gente que decía que quería ir a pasear y porque no se efectuaban las tareas adecuadas no podían llegar y en realidad todo esto tiene técnicas y protocolos a veces que uno ve como ocurrió el otro día. Había 30 centímetros, no eran esas montañas de 3 o 4 metros de nieve. Habían 30 o 40 centímetros, pero el viento blanco, de golpe que se efectuó en forma repentina generó un impedimento a la visibilidad, desparrama la nieve suelta sobre la calzada y genera una capa de hielo que se produce en menos de media hora. Estas cosas que son las tormentas que uno puede decir se suspende el acceso a la montaña, el que no conoce de estos temas ve la montaña y dice, pero sí está el sol radiante o apenas hay un poquito de nieve. Algo similar nos ocurrió con un grupo de camioneros que durante la semana pasada hicieron una protesta en la destilería porque no se los dejaba pasar. Estas cuestiones son las que a veces esta aprensión lógica de las personas que tienen que trabajar o que quieren pasear genera algunos apresuramientos y no ocurre nada hasta que ocurre, como ocurrió en esta oportunidad. Así que estimo que va a ver que analizar con más profundidad lo ocurrido y en esta situación generar una normativa más estricta a lo que hace a la prevención de la zona, porque no es una instancia en la que hubiera un volumen de nieve que impedía la circulación, pero en 15 minutos se armó hielo, se atraviesan dos vehículos en un punto crítico que es un tapón, un embudo totalmente complejo como la curva de la soberanía y ocurrió lo que ocurrió que por suerte no trajo ninguna víctima, hubo un esfuerzo grande de todas las instituciones que estaban radicadas en la zona de Las Cuevas, pero no quita esto la angustia que se vivió”
Fuente: Medios Mendoza