Desde hace 5 meses se están desarrollando el segundo juicio oral por los abusos en el Instituto Próvolo. En total son nueve las acusadas y unos 250 testigos, lo que hacen que el procedimiento sea uno de los más complejos en los últimos años para el Poder Judicial de Mendoza.
Pero esto no es todo, ya que se prevé que inclusive el proceso podría durar todo el año que viene.
Entre las acusadas se encuentran las monjas Kumiko Kosaka y Asunción Martínez, además de otras 7 mujeres que desempeñaban tareas en el tristemente célebre instituto de Luján de Cuyo.
Hace algunos días familiares y amigos de las víctimas protestaron frente a los tribunales y pidieron por mayor celeridad en el proceso. Además, solicitaron que no se revictimice a las víctimas.
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Ante esto los jueces María Belén Salido, Gabriela Urciuolo y Rafael Escot emitieron un comunicado donde señalaron que el caso Próvolo 2 tiene características que lo hacen de complejo desarrollo y larga duración.
Una de esas características es la gran cantidad de imputados y testigos que tiene la causa. También el hecho que sea semipresencial, ya que algunas veces falla la conexión. Para asegurar las garantías procesales y evitar posibles nulidades, el tribunal dispuso que en la sala de debates esté presente un representante de cada una de las partes.
Sólo a modo de comparación, el primer juicio por el Próvolo, que terminó con las condenas de los sacerdotes Nicola Corradi y Horacio Corbacho, tenía sólo 3 imputados y 70 testigos, y duró casi 7 meses. Por ello, con este panorama, se cree que este segundo juicio podría durar todo el 2022, ya que triplica la cantidad de acusados y casi que cuadruplica la de testigos.
Otro problema de este juicio son los horarios, ya que excepto Kumiko Kosaka (prisión domiciliaria), las otras 8 imputadas están libres y algunas de ellas incluso trabajan, por lo que no tienen disponibilidad full-time para enfrentar el proceso.