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“Cuando todas las manos no alcanzan”. Solidaridad en tiempos de pandemia

02/06/2020 13:01

Así comienza una bella canción de Jorge Sosa que la voz de Mercedes Sosa llevó por todos los rumbos y que, en medio de una hermosa poesía, muestra la dureza de la pobreza que vivían chicos en el viejo barrio San Martín allá por los tiempos del padre Llorens

Por Luis Martínez, Facundo Ojeda y Jorge Márquez

Con pena decimos que todavía es lo que miles de personas padecen a diario de manera tan común que se termina haciendo carne. Y es en tiempos de crisis donde las personas, especialmente los mendocinos, mostramos nuestra fibra más solidaria porque, aunque sea poco lo que uno tiene siempre es bueno el compartir.

Así vemos que se multiplican los esfuerzos en ONGs, personas, vecinos, que se reúnen y tratan de llegar a los sectores más vulnerables con la sola intención de, ni más ni menos, calmar el hambre de los que no tienen. El sencillo y enorme acto de tender la mano para calmar el dolor.

Es lo que en ésta nota intentamos reflejar. El trabajo de mucha gente, que de manera silenciosa y muchas veces anónima, se hace tiempo para ayudar. Es notorio cómo a veces los que apenas tienen para subsistir, son los motores de propulsión de comunidades en donde la pobreza pega fuerte.

Es así como nos adentramos en las entrañas de Luján, concretamente en Perdriel donde desde hace más de dos décadas una mujer lleva adelante el emprendimiento con nombre de deseo para todos “Pancitas llenas”.

Es que allí Lilia Noemí encauza sus ganas de ayudar y lo hace con la colaboración de un puñado de personas, entre ellas su familia. Entre preocupada y dolida nos dice “En este tiempo,  hace dos meses más o menos, se han multiplicado las personas que piden en nuestra institución. Esto que estamos viviendo no lo vivimos nunca. Nos faltan cosas, insumos, porque es mucha la gente que la está pasando mal, que ha quedado sin trabajo y no tienen para comer”. Ya no sólo es pensar en los más chicos, ahora la ayuda debe alcanzar a la familia completa afirma y nos dice que “hemos llegado a tener más de 50 familias y mucha de ellas muy numerosas. Saco las cuentas y son 280 0 300 las personas que vienen. Y somos una institución civil que trabaja a pulmón, no tenemos ayuda gubernamental, con gente que nos ayuda y el Banco de Alimentos”. “Este momento es desesperante”, nos dijo. “Acá se necesita de todo”, afirmó.


Pero a veces un disparador hace que de manera individual las personas se junten y destinen tiempo y dinero para ayudar. Es el caso de dos amigas, Cecilia Capizzi y Luciana Pescarmona que, ante la realidad que a través de sus respectivos trabajos descubrieron, decidieron hacer lo posible para tender una mano en sectores vulnerables.

Es así que hace unos 10 años que trabajan para ayudar a vecinos del barrio Santo Tomás de Aquino de El Borbollón, gente que vive y trabaja en el basural. Así de esa  manera personal juntan de todo, porque para ayudar, todo sirve (alimentos, ropa de cama, ollas). No están organizadas pero la voluntad hace que con sus contactos vayan llevando y distribuyendo los elementos, especialmente a familias con necesidades nutricionales haciendo centro en los niños. Ahora están pidiendo estufas para combatir el frío en medio de situaciones de pobreza extrema. Su actividad nos dice Luciana, nace desde la informalidad y el corazón. Dependiendo del mes y de lo que se pueda juntar su solidaridad les llega por mes al menos a unas 25 o 30 familias.

Pero hay más muestras de cómo la fibra solidaria aparece en estas épocas donde las necesidades nos sobrepasan.

Uno de los tantos merenderos de los que hablamos se ubica en Rincón de El Sauce, Guaymallén. Allí, desde hace 3 años, Paola Castro junto a un grupo de madres autoconvocadas llevan adelante “Corazones Felices”, un espacio donde brindan comida y contención a un centenar de niños en situación de vulnerabilidad. 

“El trabajo ahora, con el coronavirus, es mucho más duro. Nosotros con las mamás vendíamos empanadas para comprar carne y así alimentar a los chicos. Ahora como no podemos vender estamos recibiendo todas donaciones”, nos explica Paola. “Somos alrededor de 40 las madres que ayudamos en el merendero para hacer almuerzo y media tarde. Actualmente le estamos dando de comer a unos 160 niños más algunas madres”, añade. Para graficar cómo esta pandemia ha impactado en los bolsillos de quienes menos tienen, Paola nos cuenta: “Desde que empezó esta crisis del Covid el número de asistentes creció mucho. Antes asistían 97 niños, y ahora ese número casi se ha duplicado. Está muy difícil la situación y la gente llega en búsqueda de ayuda”. 

Similar es el caso del comedor Los Pajaritos, ubicado en el barrio Puesta del Sol de Godoy Cruz. Allí, desde hace 18 años, Yolanda Bertocchi le da de comer a más de 140 niños y adultos.

“Seguimos trabajando como siempre, tomando las precauciones necesarias ante este virus. Nadie entra al salón, la comida es entregada en la puerta en tuppers u ollas”, detalla Yolanda. Los Pajaritos, desde sus comienzos, vive de las donaciones que le da la gente. “La solidaridad no nos ha fallado”, celebra Yolanda, quien además explica que cuando están “muy complicados” acuden a la Municipalidad de Godoy Cruz, que “ayuda de manera inmediata”. También destaca que acuden al Banco de Alimentos para conseguir gaseosas y dulces que luego son distribuidas entre los más pequeños.

Sin embargo también están quienes se autoconvocan para dar una mano en ese difícil momento. Es el caso de “La Banda Inconsolable”, un grupo de 12 amigos que se juntaron ante la emergencia sanitaria para ayudar a quienes más lo necesitan y ya han brindado alimento a unas mil personas. Gabriel Muñoz, uno de sus integrantes, nos explica: “El trabajo en medio de la crisis supone un esfuerzo extra para poder alcanzar los objetivos. Tendemos a redes solidarias que nos ayudan a llegar a cada uno de los lugares que visitamos”.

Ellos, como mucha de las organizaciones, consiguen los alimentos a través de donaciones que realizan “amigos o conocidos”.  “Los menús que se preparan en cada ocasión son distintos a lo que puedan consumir las personas en sus hogares  En esta instancia se respetan todas las normas establecidas y los protocolos correspondientes en cuanto al distanciamiento social, uso de barbijo, y la desinfección permanente del entorno y los utensilios”, agrega Gabriel.

Desde el gobierno también lanzan medidas y ayudas para estos sectores como por ejemplo la Dirección de Género y Diversidad, a través del Área de Diversidad, que colaboró en la entrega de mercadería y ropa recolectada por un grupo de personas del colectivo LGBTIQ+, entre otras acciones que se direccionan para llegar a comunidades vulnerables y personas en situación de calle.

También el Coro Universitario coordina campaña solidaria por comedores y merenderos. Consiste en la integración a la Campaña “Cuarentena Solidaria”, impulsada por diferentes organizaciones de Mendoza, entre ellas la ONG Generando Puentes, con la cual se formalizó la vinculación.El objetivo de la iniciativa es reforzar a merenderos y comedores de los barrios populares de Mendoza, ya que, desde la aparición del COVID-19, estas comunidades requieren una mayor y más puntual asistencia. La ayuda llega a merenderos y familias de Maipú, Guaymallén, Godoy Cruz y Las Heras.

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Campeones dentro y fuera de la cancha

Son muchos los deportistas alrededor de mundo que han realizado cuantiosas donaciones para la lucha contra el Covid-19. Entre ellos se encuentran dos grandes campeones con historia en Mendoza.

Uno de ellos es el ciclista bolivarense Juan Pablo Dotti, quien está colaborando con un merendero en Chimbas (San Juan). Dotti es una leyenda del ciclismo argentino y dejó su huella en la provincia al obtener 5 títulos de la Vuelta de Mendoza.

El otro es el futbolista Lautaro Martínez. El delantero de Inter de Italia no es mendocino pero si su novia, Agustina Gandolfo. En este contexto el atacante de la Selección Argentina donó más de 550 bidones de alcohol en gel, 100 mil guantes, 5 mil barbijos, 10 mil cofias y 60 cajas de alimentos no perecederos, entre otras cosas.

Son solo algunos de los ejemplos que desde el deporte también tienden su mano solidaria.

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Virgen de los Pobres: En el camino del padre Llorens

Desde hace muchísimos años la orden jesuita se hizo presente en el barrio San Martin, en los años 60-70 con la presencia del inolvidable Padre Jose Maria Llorens, popularmente conocido como “Macuca “, padre muy querido por la comunidad ya que por su obra conocida como la “Opción de los pobres” logró que la zona pasara de ser un basural a un barrio.

En 1965 se crea la Parroquia Virgen de los Pobres con esta frase tan significativa que hasta el dia de hoy está escrita en las paredes del barrio “Primero la casa de los hombres y después la de Dios”… ya que el dia que estaba prevista su inauguración el 5 de marzo de 1965 los vecinos del barrio podían escriturar sus terrenos.. Macuca lloro de emoción pero este legado de Macuca siguió creciendo y en el año 1979 se creó el Centro Educativo Padre José María Llorens que en mayo de 2009 fue reconocía como la de mejor nivel educativo del país. El diario Clarín tituló “La mejor escuela está en Mendoza”.

“Esto es fruto de los proyectos de enseñanza del propio padre Macuca. Se enseña en grupo, con un trabajo muy personalizado y una impronta solidaria entre los alumnos”.

Centro educativo que junto con la parroquia Virgen de los pobres cumplen una función educativa , evangelizadora y ahora en estos tiempos de pandemia una ayuda social muy importante no solo para las familias de su escuela sino también para toda la zona.

El legado de Macuca hoy en las manos del Padre Juan Carlos Barrios (rector del Centro Educativo) y del Padre Marcos, sigue en pie más que nunca defendiendo la justicia social y el derecho de los pobres.

Respetando la misión del Paradigma Ignaciano el cual brega por comprometer a la familia como primera educadora de sus hijos y siendo centro de una comunidad viva en la que todos se sienten responsables de su funcionamiento para poderla construir juntos  es que surge desde la parroquia brindar ayuda con la entrega de alimentos no perecederos, elementos de higiene de primera necesidad y verduras.

“Es muy lindo acá en el barrio ser testigo de las actitudes de la gente y la creatividad con la que buscan hacerle frente a esta situación tan complicada para todos. Lo que más veo es la preocupación y el miedo de la gente, pero también veo mucha tranquilidad. Cada vez que nosotros tenemos algo para dar la gente está ahí esperando y cuando no tenemos salimos a avisar que no hay nada y la gente se retira tranquila y eso a uno lo entusiasma al conocer la generosidad del pobre. Cada vez que nosotros conseguimos algo para dar se arma una fila y le vamos dando. Les pedimos una pequeña colaboración y a veces es hasta medio humorístico. Nosotros les damos mercadería y la colaboración que recibimos puede ser un paquete de fideos. Entonces lo dejan y se llevan otra cosa, pero es el hecho de buscar el equilibrio entre el dar y el recibir. De esta salimos todos juntos. La gente sencilla está demostrando esa unidad y ese deseo de algo distinto” dice el Padre Marcos Alemán a Diario Jornada.


“Entre las donaciones que conseguimos se suma lo que ellos aportan y con eso a veces juntamos para pagar el flete para ir a buscar las donaciones. Todos tenemos algo para dar siempre” agrega el sacerdote.

“Yo apuntaría a lograr intervenir pero no con esa ayuda asistencial y necesaria. A mí una vez cuando recién surgían los Barrios de Pie, yo estaba en una parroquia que queda en San Miguel, Buenos Aires, y me avisaron “Marcos vamos a cortar la ruta. Nos acompañás” pregunté para qué y me respondieron para “tener más bolsones” y entonces les dije no. Con ese criterio tendríamos que cortar todos los días. El desafío no es únicamente como protesta sino lo que propone. Cómo lograr propuestas que nos logren buscar un cambio real. Una de las cosas que voy compartiendo con los vecinos que vienen, más allá de cómo podemos superar está pandemia y acomodarnos es ver si esto nos puede servir para el día de mañana poder seguir haciendo compras comunitarias, seguir organizándonos. Que realmente nos cambie la vida desde un compromiso laboral también” rememoró el cura.

Con todos los cartoneros que tenemos en el barrio sería muy importante tener una planta recicladora aquí y entonces nosotros tener la posibilidad de conseguir mejores precios. No soy economista pero está claro que el mercado hace agua. Entonces tenemos que aprender a vivir fuera del mercado. Es un gran desafío. Todos estamos aprendiendo una nueva manera de ser. Desde nuestro lugar como cura nos toca una nueva manera de ser Iglesia, a los políticos les toca una nueva manera de ser políticos. Lo mismo a los economistas, a ustedes los periodistas. Tenemos una gran oportunidad” lanzó en la parte final de la entrevista.

Para terminar no podemos dejar de lado el esfuerzo puesto en un plan para ayudar, Cuarentena Panza Llena. “Nuestra campaña nació cuando arrancó el aislamiento social con la idea que cada familia que tuviese la posibilidad de formar o armar una caja con alimentos no perecederos la pudiera armar y nosotros creamos una red de redistribución para que esas cajas llegaran a las familias que tenían problemas de poder llevar el pan a la mesa. Lanzamos el 26 de marzo y ya hemos repartido más de 1000 cajas y en este momento la campaña se está concentrando en nueve escuelas de educación especial, dos escuelas de educación común y dos merenderos” cuenta orgullosa la comunicadora social María Julia Agustín, una de las emprendedoras en Radio Jornada (91.9).

Aunque sea difícil siempre habrá manos solidarias para ayudar cuando las necesidades presionan. Ojalá sobren manos para que podamos seguir sacando flores porque alguien las plantó.


Contactos para ayudar

Pancitas Llenas  4884894 – 2613227555

Julia Agustin Cuarentena Panza Llena 261 698-2791

Luciana Pescarmona 2613005933

Verónica Montuori 261 246-0379

Parroquia Vírgen de los pobres, Barrio San Martín, Ciudad  4446981

Coro Universitario [email protected] / [email protected]

Merendero Corazones Felices (Paola Castro) – 261-6787807

Comedor Los Pajaritos (Yolanda Bertocchi) – 261-5707941

La Banda Inconsolablte (Gabriel Muñoz) – 11-54043644

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