El lema de Natalie Grabow es breve pero poderoso: "Sigue adelante".

Hace solo unas semanas, esta atleta estadounidense se convirtió en la mujer de mayor edad en completar el Campeonato Mundial Ironman en Hawái, una de las competencias de resistencia más exigentes del mundo.

El Ironman, traducido como "hombre de hierro", es un triatlón de larga distancia que combina tres disciplinas: 3,8 kilómetros de natación en el mar, 180 kilómetros de ciclismo y 42,2 kilómetros de carrera a pie, equivalentes a un maratón completo.

"Me encanta el desafío", expresó Grabow en una entrevista con el programa Newsday del Servicio Mundial de la BBC.

"Mientras tengas la capacidad física, esa es la razón por la que todos lo hacemos: por el desafío y la sensación de logro que viene después. Es un gran impulso para la confianza personal".

Grabow fue una de las 1.600 competidoras en el evento, reconocido por sus demandantes subidas y fuertes vientos cruzados. De ellas, 60 participantes no lograron completar la carrera.

Para Grabow, fue su undécimo Ironman, que finalizó en 16 horas y 45 minutos, dentro del límite oficial de 17 horas.

"Me sentí muy bien corriendo, fue una sensación reconfortante que me dio la confianza de que podría terminar sin problemas", contó.

Un comienzo tardío, pero una pasión sin edad

Antes de dedicarse al deporte, Grabow trabajó como ingeniera de software. Hoy, ya retirada y abuela, vive en Mountain Lakes, Nueva Jersey (EE.UU.).

Su historia deportiva comenzó a los 40 años, cuando empezó a correr por primera vez. En ese momento, no sabía nadar.

"Mis amigos se estaban aficionando al triatlón y me animaron a competir en un triatlón sprint, una versión más corta que se hacía cerca de casa", recordó.

Al principio, se sintió avergonzada de admitir que no sabía nadar y pidió a una de sus hijas que hiciera esa parte de la carrera por ella.

Pero aquella experiencia fue reveladora: le encantó la competencia y decidió aprender a nadar a los 59 años para poder participar plenamente.

Obstáculos, caídas y una meta conquistada

El día de la carrera no estuvo exento de dificultades. Grabow llegó al Ironman con una lesión en los isquiotibiales, sufrida durante un entrenamiento en bicicleta unas cinco semanas antes del evento.

"Hice terapia y estuve de baja unos cinco o seis días, perdí algunos entrenamientos importantes y estaba algo preocupada. Todavía me molestaba y tenía que detenerme de vez en cuando para relajar la zona", relató.

Cuando ya se acercaba a la línea de meta, ocurrió un impre visto: tropezó y cayó.

"Fue algo sorprendente, un poco vergonzoso e inesperado. Nunca me había pasado", dijo a la BBC.

"La alfombra estaba algo arrugada y supongo que no alcé bien el pie... pero me levanté y seguí hasta el final".

Al cruzar la meta, Cherie Gruenfeld, quien hasta entonce ostentaba el récord de mujer más longeva en completar un Ironman (a los 78 años), la recibió con un abrazo.

"Me dio alegría verla. Hemos competido juntas durante años", comentó Grabow.

"Ella marcó el récord en 2022. Éramos cuatro en el grupo de entre 75 y 79 años, y dos no terminamos... Ella llegó antes que yo".

Una vida en movimiento

Lejos de considerar su logro como un punto final, Natalie Grabow no planea frenar.

Ya se inscribió en dos triatlones de medio Ironman para la primera mitad del próximo año. Sin embargo, asegura que no son los récords lo que la motiva.

"Me gusta competir, pero lo que realmente disfruto es el entrenamiento diario. Aunque algún día deje de participar, siempre estaré activa, siempre me levantaré para hacer algo", afirmó.