Joaquín Sastre, el cerebro estratégico, que consolidó la estructura de un campeón
Joaquín Sastre, clave en la estructura del "Lobo mendocino", reflexionó en " Idolos y Anónimos" sobre el ascenso, el trabajo de gestión, cómo fue armar un equipo "de Primera antes de serlo" y cómo el compromiso diario cimentó la confianza y el éxito en el Lobo mendocino.
En diálogo con Jorge Barbieri y Orlando Abraham en "Ídolos y Anónimos" por Radio Jornada, desde Villa Dolores, Córdoba, Joaquín Sastre se refirió a las felicitaciones por el reciente ascenso del "Lobo mendocino" , admitiendo que el mote de "cerebro del ascenso" publicado por "La Voz del Interior" le parecía "mucho". Si bien valoró el reconocimiento, afirmó que su contribución se centró en la planificación del plantel y el "día a día".
Respecto a su futuro, Sastre señaló que es momento de disfrutar y, al igual que el resto del plantel y cuerpo técnico, "vendrá el tiempo del análisis de la evaluación". Reveló que durante el año tuvo la oportunidad de dirigir y de asumir un "rol similar" en un equipo de Primera, ofertas que declinó porque estaba "100% con el proyecto". Confesó que la renuncia a esas posibilidades fue "grande, pero el logro fue mayor", aunque ahora una de esas ofertas se ha "reflotado". No obstante, enfatizó: "siempre la prioridad para mí la va a tener el club".
El rol ultifacético y la gestación del plantel
Al detallar su función, Sastre explicó que el puesto de manager "no estaba desarrollado" en el club, por lo que fue un proceso de "prueba y error". Subrayó que, como contador público, usó herramientas de gestión que no esperaba aplicar en el fútbol. La tarea más trascendental fue el armado del equipo, que comenzó con el scouting en septiembre del año pasado, analizando categorías como Reserva, B Metro y Federal A.
Su rol diario es amplio: dar "soporte a absolutamente todo" lo que afecta al plantel, desde problemas de cobro o vivienda hasta servir de respaldo emocional a jugadores que "no les tocaba competir tanto". Su experiencia previa como entrenador le permitió tener conversaciones estratégicas con los directores técnicos. Por ejemplo, antes de la llegada de Ariel, le ofreció un "paneo general" sobre "cuestiones más internas" que no se aprecian en video.
Sastre destacó que la confianza se construyó con la mutua relación y el involucramiento diario. Mencionó casos como Nau Barbosa y Mati Recalde, quienes "la pelearon muy de abajo". Sobre la visoría, confirmó que jugadores como Alencioni y Azareda (quien "no tenía minutos en la primera división de Talleres") fueron parte de su trabajo. Recordó que a Facu Alencioni, a quien conocía de su paso por Belgrano, incluso le tocó jugar de "lateral por izquierda" en momentos de necesidad.
El Salto a Primera y la Necesidad de Crecer
Con la vista puesta en la Primera División, Sastre señaló que el lema de la gestión fue: "Nosotros tenemos que ser de primera antes de serlo". Aunque se dieron pasos en "infraestructura", reconoció que el club debe "sumar recursos" y "jerarquizarnos desde recursos humanos". Esto implica incorporar kinesiólogos y utileros adicionales, además de los dos actuales, y mejorar la infraestructura.
Aunque el plantel está licenciado hasta el 28 de octubre (con un festejo social el viernes 31), Sastre está trabajando a tiempo completo. Indicó que la pretemporada está cerca, ya que, "de acuerdo a la lógica", el campeonato podría comenzar el "último fin de semana de enero".
Finalmente, Sastre expresó su "profunda alegría" por el logro, especialmente por el presidente, Fernando, por el gran esfuerzo que ha realizado. Rememoró el dramático final del partido (cuando se temía la derrota y la preocupación de enfrentar el reducido), un momento en el que el penal y el gol "nos energizó", permitiendo el ansiado ascenso. El manager concluyó agradeciendo el cariño y sintiendo al club como su "casa futbolística".