Ignacio Antonio: "Hasta el día de hoy me levanto y no puedo cree que ascendimos"
Ignacio "Nacho" Antonio, volante central y una de las figuras cruciales de la histórica campaña del "Lobo" mendocino, dialogó en "Ídolos y Anónimos", sobre la "felicidad absoluta" por el ascenso, el tormento personal que vivió cuando el equipo perdía y la invasión emotiva tras la consagración.
El mediocampista Ignacio Antonio , aún con la emoción a flor de piel, dialogó en "Ídolos y Anónimos" con Jorge Barbieri y Orlando Abraham por Radio jornada, sobre el logro histórico de Gimnasia y Esgrima de Mendoza: el ascenso a Primera División.
El jugador, oriundo de Rosario y criado en Córdoba, confesó que la alegría generada en la provincia es "una locura hermosa" y que el título es "harto merecido" porque el equipo se mantuvo "ahí arriba" durante todo el torneo.
Antonio, quien es un reconocido militante del ascenso y ya vivió una final previa, admitió la tensión del partido decisivo. Relató que, tras el gol de Deportivo Madryn, se le vinieron "un montón de fantasmas a la cabeza" de la final pasada y que la pantalla con el tiempo en su contra le jugó una mala pasad. Sin embargo, supo que una les iba a quedar, lo que finalmente se concretó con el gol agónico de Lencioni de penal.
Este q uiebre mental fue clave, pues, según Antonio, en el alargue, los jugadores de Deportivo Madryn estaban "muertos, estaban liquidados de cabeza", mientras que Gimnasia se concentro se metio en el juego e hizo la diferencia a nivel mental.
El éxito del "Lobo" se cimentó en la continuidad: "El club mantuvo una base", lo cual es un factor importante en el fútbol para acoplar más rápido a los nuevos compañeros. Antonio destacó el balance que logró el equipo tras la llegada del cuerpo técnico liderado por Broggi, quien sumó "la tenencia de pelota" a la prioridad defensiva y el orden que ya había impuesto el exentrenador Medrán. Esta combinación resultó en un equipo "ampliamente superior" en números, siendo el conjunto que menos goles recibió en el torneo.
Sobre su rol en el campo, el mediocampista (quien jugó en Instituto, Maipú y San Martín de San Juan) explicó que su función fue fundamentalmente de lectura: "Trato de leer dónde lo puedo lastimar al rival, rompiendo el mediocampo para crear desorden en la defensa" expresó.
Aunque se vio afectado por la pérdida de la titularidad en algunos momentos, afirmó que lo personal debe quedar de lado en función del equipo, y que sus enojos son solo una muestra de sus "ganas de querer estar".
El volante se refirió a la emoción dias de despues de haber logrado el ascenso y aseguró que la emoción es total: "Hasta el día de hoy me levanto y le digo a mi mujer, 'No lo puedo creer"
Por otro lado, se refirió al afecto de de su familia, resaltando la emoción de su hermano, de 26 años, y sus padres en la cancha quienes celebraron el tan ansiado ascenso del Lobo Mendocino. Mencionó a su hija, Delfina, de 1 año, bromeando que vino con "dos finales y una estrellita" bajo el brazo, y cómo la paternidad le hizo ver el fútbol y la vida "distinto" y "disfrutarlo".
El festejo tras la victoria fue íntimo y familiar, realizado en el hotel junto a jugadores, utileros y dirigentes. La locura continuó con la caravana desde el aeropuerto hasta el estadio, que estaba "lleno, lleno de gente".
Finalmente, Antonio enfatizó que el logro es producto de mucha gente "detrás de este proyecto de hace años" (incluyendo utileros, la gente del predio y personal de apoyo). Respecto al futuro, aclaró que el plantel fue liberado hasta el 28 de octubre, cuando se espera un partido de reconocimiento especial para celebrar que el "Lobo" ya no está "más en esta categoría".