"El cambio de huso horario es un tema de salud pública", advirtió Beatriz García
La astrónoma del Conicet explicó en Radio Jornada los beneficios de adecuar la hora legal a la solar y cuestionó las resistencias políticas y culturales al cambio
La Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto de ley que propone un cambio de hora en Argentina, pasando del huso -3 al huso -4, el que corresponde por ubicación geográfica. En diálogo con "Lado A" en Radio Jornada 91.9, la científica del Conicet Beatriz García sostuvo que el cambio de hora "es necesario y beneficioso" porque alinea la actividad cotidiana con la luz solar, reduce el desfase horario y mejora la salud de la población.
Durante la entrevista, García defendió la iniciativa desde un enfoque científico, biológico y social, pero también señaló que el debate lleva décadas y que muchas de las objeciones parten de intereses económicos y culturales. Recordó que incluso en Mendoza hubo consenso político y social para implementarlo, pero fue vetado por el entonces gobernador bajo el argumento de que la provincia no podía diferenciarse de Buenos Aires.
En este mapa se ve claramente que Argentina pertenece al huso horario -4 y no -3 como es en la actualidad
Alinear la hora legal con la hora solar
La científica en astronomía explicó que actualmente existe un desfase de una hora y cuarenta minutos entre el mediodía solar verdadero y el horario del reloj en provincias del oeste. "Eso obliga a que miles de personas, incluidos los niños, comiencen sus actividades cuando todavía es de noche, lo que altera el ritmo circadiano, provoca malestar y afecta el rendimiento escolar", afirmó.
García insistió en que el eje central del proyecto no es la discusión sobre si conviene alternar horarios en verano e invierno, sino adecuar la hora legal al huso horario que corresponde por geografía. "El ritmo biológico del ser humano está asociado al ciclo solar. Despertarse de noche no es saludable", remarcó.
Un debate que trasciende la energía
Uno de los argumentos habituales en torno al cambio de horario es el supuesto ahorro energético. Sin embargo, la científica del Conicet relativizó ese punto: "No es que al cambiar el huso horario la factura de luz va a bajar drásticamente. El consumo eléctrico depende de muchos factores y, en todo caso, se necesitan cambios de hábitos y políticas públicas más profundas".
En cambio, para la comunidad científica el impacto sobre la salud es más relevante. "Alterar los ritmos circadianos genera problemas metabólicos, de atención y hasta mayor riesgo de accidentes en la mañana, cuando la gente aún está dormida", advirtió García.
Resistencias culturales y políticas al cambio de hora
La científica también abordó el costado cultural y político del debate. Señaló que en países donde se implementan cambios de horario, como en Europa o Estados Unidos, la población se adapta sin inconvenientes. "Lo importante es levantarse de día, no de noche. Que en invierno oscurezca más temprano es algo natural", comentó.
En cuanto al plano político, recordó que en Mendoza, tras la pandemia, hubo consenso entre comerciantes y legisladores para avanzar con la adecuación horaria, pero la ley fue vetada.
"El argumento de que no podíamos tener un horario distinto al de Buenos Aires refleja una mirada centralista. La discusión, en realidad, es de salud pública y debería resolverse por decreto", concluyó.