Economía

Crisis en la vitivinicultura: alertan por la caída global de consumo y la necesidad de reconversión en Mendoza

El economista del IERAL, Jorge Day, analizó el reciente informe que se publicó y consideró que el sector vitivinícola enfrenta un "embudo" debido a la pérdida de mercados y la acumulación de stocks vínicos.

El sector económico vinculado a la vitivinicultura atraviesa "tiempos difíciles", según el reciente informe de coyuntura del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamerican (IERAL), de la Fundación Mediterránea. 

En este sentido, el economista Jorge Day, coautor del trabajo junto a Gustavo Reyes, dialogó en programa de "Lado A", en Radio Jornada, para comentar los resultados, señalando la multiplicidad de factores que están amenazando la actividad.

Crisis en la vitivinicultura: alertan por la caída global de consumo y la necesidad de reconversión en Mendoza

El diagnóstico: caída histórica y problemas de exportación

El principal problema que identifica el informe es la caída del consumo de vinos, un fenómeno que es tanto estructural a nivel local como reciente a escala mundial.

  1. Caída del consumo local: La caída de consumo per cápita en Argentina es histórica. Mientras que en las décadas de 1970 y 1980 se consumían entre 70 y 80 litros per cápita por año, la cifra actualmente debe estar por debajo de los 20 litros. Esta tendencia es "normal" y se replica en países grandes productores como los europeos.
  2. Caída del consumo mundial: Lo que agrava la situación es que el consumo mundial, que había aumentado fuertemente en la primera década de los 2000 (hasta la crisis financiera internacional), comenzó a caer a partir de los años 20. Esto representa un problema significativo para la industria: si cae el consumo local, la salida natural sería la exportación, pero ahora también hay problemas para exportar.
  3. Exportaciones deprimidas: Las ventas en el exterior están cayendo. El principal cliente de Argentina, Estados Unidos, ha experimentado una fuerte caída en la compra de vinos varietales fraccionados, entre los que se destaca el Malbec. Las ventas a Brasil, en cambio, se mantienen más o menos estables.

El costo de la acumulación de stocks

La combinación de la pérdida de mercado interno y la caída del mercado externo genera una consecuencia directa y visible: la acumulación de los stocks vínicos. 

Para que se entienda, este problema se refleja en las bodegas y la inmovilización de grandes volúmenes de vino que no se pueden vender, terminan representando un costo financiero. 

La sobreabundancia de vino afecta directamente al productor primario de uva. El bodeguero no necesita producir más vino y, por lo tanto, no necesita tanta uva. Esto ha provocado que los precios de la uva hayan aumentado "muchísimo menos que la inflación", perdiendo fuerza en el sector productor.

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El factor macroeconómico y el dólar

Day explicó que la situación macroeconómica influye directamente en la competitividad cambiaria del sector exportador.

El sector exportador se beneficia de un dólar caro. Antes de las elecciones, el dólar repuntó debido a la incertidumbre, pero el resultado electoral generó una "mayor certidumbre". La previsión es que el dólar "va a ir aumentando, pero menos que la inflación". Esto puede implicar costos en dólares más altos y, para el sector exportador, "no es tan buena noticia" si el dólar pierde fuerza en el mediano plazo.

La salida: reconversión hacia la calidad

Ante este escenario, Day subraya que la solución a largo plazo pasa por una nueva reconversión.

  1. Tendencia Mundial: Aunque la gente consume menos vino, la tendencia mundial es que se prefieran vinos más caros y de más calidad. La gente no toma tanto, pero consume un "Flor de Vino".
  2. Necesidad de Modernización: Las producciones deben orientarse a satisfacer esa demanda de alta calidad. Esto implica que gran parte del volumen de uvas en Mendoza que no produce esa calidad de vinos genera un problema.
  3. Reconversión: El sector necesita volver a modernizarse, apuntando a mejorar la calidad de los vinos. Si bien esto ya se hizo con éxito en la década de los 90 (gracias al dólar barato, la inyección de capital y la modernización), ahora será "más difícil" porque el mercado mundial ya no es tan atento.

Conclusiones del informe y alertas

El informe de IERAL establece que para preservar la viabilidad del sector, sostener el empleo y la inversión, es fundamental tener como horizonte de salida la estabilidad macroeconómica, la competitividad cambiaria y la reducción de costos internos.

Se señaló que el sector enfrenta un desafío enorme que no depende solo de las bodegas, ya que la estabilidad macroeconómica y cambiaria dependen del gobierno central. La reducción de costos internos podría verse ayudada por una reforma tributaria o laboral.

El contexto se complica con el reciente anuncio de la quiebra de Norton, un "emblema de la vitivinicultura" que siembra alerta sobre posibles repeticiones de esa situación en otras empresas y bodegas.

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