Entrevista en Radio Jornada

Armas en las escuelas: una profesional alerta por el "efecto contagio" en adolescentes

La psicóloga Diana Altavilla explicó en Radio Jornada que los casos recientes en Mendoza reflejan cómo los jóvenes replican la violencia que ven en su entorno social y familiar

Redacción

El hallazgo de alumnos armados en distintos colegios de la provincia encendió las alarmas sobre un fenómeno que parecía lejano, pero que ya forma parte de la realidad mendocina. Los especialistas advierten que no se trata de episodios aislados, sino de conductas que se repiten cuando los adolescentes naturalizan la violencia como forma de resolver conflictos.

En diálogo con "Matinal" en Radio Jornada 91.9, la psicóloga Diana Altavilla explicó que estos hechos responden a lo que se conoce como "efecto contagio": chicos que imitan conductas de su entorno, sin dimensionar las consecuencias de portar un arma. "Un adolescente no mide la muerte ni el destino que puede marcar en su vida. Copia modelos de adultos que responden con agresión en lugar de diálogo", señaló.

La forma violenta de relacionarse entre los adolescentes puede ser una conducta aprendida de su entorno

La forma violenta de relacionarse entre los adolescentes puede ser una conducta aprendida de su entorno

"Ojo por ojo", un modelo que se transmite

Altavilla destacó que los jóvenes crecen observando cómo los adultos resuelven sus problemas. Peleas de tránsito, discusiones entre vecinos y hasta el maltrato en una repartición pública son escenas cotidianas que se replican en el comportamiento adolescente

"El ojo por ojo es un modo arcaico de resolver problemas que como sociedad ya deberíamos haber superado", advirtió.

Según la especialista, la falta de control reflexivo en la adolescencia, que recién se termina de consolidar entre los 20 y 24 años, hace que la tendencia a reaccionar con violencia sea aún mayor si no hay referentes adultos que muestren alternativas.

El rol de la familia y de la escuela

La familia, señaló Altavilla, tiene un papel central a la hora de marcar límites y enseñar a dialogar. "Muchos padres, cansados o agobiados, terminan aconsejando a sus hijos que devuelvan la agresión. Eso sólo refuerza la lógica violenta", explicó. 

Frente a esa realidad, remarcó la importancia de dedicar tiempo, aunque sea breve, a mostrar que existen otros modos de afrontar los conflictos.

La escuela también aparece como un espacio clave. Cuando los chicos encuentran un ámbito de amparo y valores, tienden a sostener su trayectoria educativa. Por eso, la especialista subrayó la necesidad de revalorizar a los docentes y fortalecer el trabajo en torno a la transmisión de valores, además de los conocimientos académicos.

Una sociedad que los adolescentes copian

La violencia no sólo se aprende en redes sociales, sino también en lo que los jóvenes observan en su vida diaria. "Los chicos consumen lo que ven todos los días: adultos que insultan en la calle, que reaccionan con gritos o maltrato. Eso después se repite en la escuela y en sus vínculos", describió Altavilla.

Para la psicóloga, la clave está en mostrarles que "no todo se resuelve con agresión". Se trata, dijo, de perseverar en el ejemplo cotidiano y construir, entre familia, escuela y comunidad, un modelo diferente al de la violencia como respuesta inmediata.

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