Después de una semana marcada por la protesta y el paro en el hospital pediátrico Garrahan, el Gobierno encabezado por Javier Milei finalmente anunció una mejora en las remuneraciones del personal en formación médica. A través de un comunicado oficial, las autoridades confirmaron que a partir del 1º de julio, los residentes pasarán a cobrar aproximadamente $1.300.000 mensuales. Hasta el momento, un residente de primer año percibía cerca de $797.000, según datos aportados por los manifestantes.

La información fue difundida en las redes sociales del hospital, donde se intentó enmarcar la suba como parte de una gestión orientada a la eficiencia, el orden y la meritocracia. En línea con el relato habitual del Ejecutivo, el mensaje incluyó críticas hacia lo que denominaron una "casta" que, aseguran, malgastó los recursos públicos durante años.

El anuncio llegó tras la creciente presión pública generada por el reclamo del personal médico del Garrahan, el mayor centro especializado en pediatría del país. Los trabajadores habían advertido que, debido a los bajos ingresos, muchas áreas estaban quedando sin cobertura y que eso ponía en riesgo la calidad en la atención de los pacientes.

En el comunicado también se afirmó que numerosos hospitales públicos habrían sido utilizados como espacios de militancia política, acumulación de cargos innecesarios y estructuras paralelas. 

Las autoridades aseguraron que se está reordenando el uso de fondos para destinarlos de forma más eficiente a salarios, insumos y ampliación de camas. Además, se destacó la implementación de un sistema de control biométrico, que regirá desde el 1º de junio, para identificar ausencias laborales. "El que no trabaja, queda afuera", subraya el texto, dejando en claro que la permanencia laboral estará atada al cumplimiento efectivo de tareas.

Según el comunicado, la suba salarial será posible gracias a un proceso de recorte de gastos superfluos, eliminación de empleados sin funciones claras y ajustes presupuestarios. Se insistió en que la medida no responde a las protestas organizadas, que fueron calificadas como una "puesta en escena de sectores afines al kirchnerismo".

También se proyectaron mejoras a futuro: las autoridades anunciaron que, con este reordenamiento, se podrá avanzar en nueva infraestructura, adquisición de equipamiento y ampliación del área pediátrica.

"La lógica es clara: quien cumple con su deber, cobra mejor; quien no lo hace, se va. La salud infantil es una prioridad, y cada peso debe estar enfocado en sostener a los trabajadores genuinos, no a quienes viven del sistema sin aportar", concluye el texto difundido.

Tensión política y demoras en la respuesta oficial

El mensaje oficial siguió la línea discursiva del presidente Milei, quien días antes, en una entrevista por streaming, desestimó los reclamos al calificarlos como "una operación política". En ese espacio, el mandatario atribuyó la protesta a sectores kirchneristas, acusándolos de instalar conflictos en instituciones sensibles como los hospitales. "Cuando uno corta con los curros, lo tildan de insensible", sostuvo.

Pese a que el viernes se había anticipado que habría un anuncio inminente, el mensaje oficial recién se publicó el domingo, tras varias idas y vueltas. Incluso, se habló de un video institucional que finalmente nunca fue difundido.

Qué exigen los residentes del Garrahan

Desde el lunes anterior, médicos y residentes comenzaron a expresar su malestar por la fuga de profesionales, muchos de los cuales abandonan el hospital por mejores oportunidades laborales y salariales en otros espacios. También disminuyó considerablemente la cantidad de estudiantes que eligen al Garrahan para realizar su formación práctica.

El primer día de protesta, algunos médicos titulares ofrecieron una conferencia de prensa para respaldar el reclamo de los residentes, lo que derivó en una huelga prevista hasta el jueves. Sin embargo, la medida fue interrumpida por una conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Capital Humano.

"No es grato dejar de atender, pero se volvió imposible sostener este ritmo de trabajo y cobrar menos que la canasta básica", denunciaron en una carta pública. Allí detallaban que llegan a trabajar entre 60 y 70 horas semanales, con hasta seis guardias mensuales de 24 horas, cobrando sueldos que no alcanzan para superar la línea de pobreza.

Frases como "Médicos pobres, país enfermo" y "El Estado mira mientras los médicos luchan" aparecieron en pancartas exhibidas en la entrada del centro de salud como forma de visibilizar la crítica situación del sector.

Un anuncio por redes y la crítica a la burocracia

El ministro de Salud, Mario Lugones, también se expresó a través de X (antes Twitter), justificando que la medida se comunicara primero por redes sociales. Aprovechó para lanzar una crítica implícita a la estructura burocrática del hospital, al señalar que pese a la gran cantidad de administrativos contratados, la comunicación formal solo podría emitirse el lunes, ya que "los domingos no hay disponibilidad".

Según Lugones, el mensaje es claro: los recursos de la salud deben ir dirigidos a los verdaderos profesionales, y no a quienes ocupan cargos por conveniencia política.