La movilización en respaldo a Cristina Fernández de Kirchner tendrá un impacto económico para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: se invertirán $237 millones para tareas de limpieza en el microcentro porteño, según estimaciones del Gobierno de la Ciudad. Este costo solo corresponde a la Plaza de Mayo, mientras que para el Congreso se deberá destinar una suma que todavía no fue calculada.

Según el relevamiento , el gasto contempla tanto operativos de higiene urbana como reparaciones necesarias en los sectores por donde transitó la protesta. El despliegue incluye la participación de 260 barrenderos, 15 hidrolavadoras, 13 camiones recolectores, 42 supervisores, 15 brigadas de acción inmediata y el retiro de 175 contenedores.

Disputa por el número de asistentes

Respecto a la cantidad de participantes, desde sectores del peronismo afirman que se congregaron medio millón de personas, y algunos incluso aseguran que fueron muchos más. En cambio, voceros del Ejecutivo porteño estimaron que hubo alrededor de 100 mil asistentes, mientras que desde Casa Rosada afirmaron que la cifra real fue 963 mil menos que la divulgada por La Cámpora: es decir, 37 mil personas, según una fuente del gabinete nacional.

La marcha, en su punto más álgido, logró cubrir la mitad de la Plaza de Mayo (dividida por el vallado de seguridad) y sus columnas se extendieron hasta la Avenida 9 de Julio.

Al igual que el Gobierno nacional, la administración porteña optó por no implementar el protocolo antipiquete. En su lugar, prefirieron seguir el avance de la marcha en tiempo real, argumentando que la magnitud del evento hacía imposible hacer cumplir la normativa que impide ocupar la vía pública.

El instante más delicado se vivió cuando algunas agrupaciones K quedaron rezagadas en la movilización y no podían acercarse a la plaza. Luego de momentos de tensión, se logró liberar la principal arteria porteña y se restableció una circulación más fluida, aunque marcada por el contexto de una jornada laboral con fuerte presencia callejera.