La versión que Diego Spagnuolo está transmitiendo sobre los audios
El caso Spagnuolo expone una red de corrupción, pero también plantea serios interrogantes sobre los métodos periodísticos utilizados.
Las fuentes que están en contacto directo con Diego Spagnuolo confirman que él reconoce su voz en las grabaciones que salieron a la luz, pero con una salvedad crucial: uno de los momentos del audio está editado con malicia. Específicamente, la parte de la conversación que se atribuye a Karina Milei. Y además revelan que esa conversación habría sido en realidad con una mujer llamada Marcela, que estuvo en La Libertad Avanza.
Según el entorno de Spagnuolo, su estrategia será clara: no aceptará ser imputado colaborador. Contará lo que efectivamente pasó, reconociendo que "se fue de boca", que habló sin pruebas, que especuló sin fundamentos. Esa sería su estrategia. No aceptó abogados del gobierno nacional y mantiene su inocencia.
Karina Milei, por su parte, ha optado por el silencio hasta el momento. Pero el silencio no alcanza. Todos los involucrados deberían explicar con precisión qué pasó realmente.
Las preguntas que siguen sin respuesta
¿Qué es exactamente la Droguería Suizo-Argentina? ¿Cuántos negocios y contrataciones directas tuvieron con este gobierno? Si efectivamente existió un sistema de corrupción con laboratorios y droguerías, ¿por qué el actual gobierno lo mantuvo en lugar de cortarlo de raíz?
En Argentina la corruptela está por todos lados, y es muy posible que exista un sistema de corrupción en este sector. Pero necesitamos claridad: la plata en los supuestos sobres que encontró la Justicia, ¿era dinero que se cobraba o que se pagaba?
Hoy también se presenta a indagatoria el jefe de seguridad de Nordelta, imputado por encubrimiento tras avisar a Jonathan Kovalivker que se venía el operativo policial para ayudarlo a escapar.
¿Qué esconde realmente la Droguería Suizo-Argentina? ¿Por qué esta droguería funcionaba como intermediaria con otros laboratorios? ¿Por qué no se compraba directamente al Laboratorio A en vez de hacerlo a través del Laboratorio B?
¿Por qué lo hacía Alberto Fernández y por qué se siguió haciendo? ¿Por qué también lo hacían en el gobierno de Macri? ¿Por qué lo hacía Cristina?
Perspectiva histórica y contexto
A propósito de Cristina Kirchner: ¿esto es más grave que la causa Vialidad? El tiempo lo dirá, aunque es difícil que lo sea. ¿Saben por qué? Hay una diferencia fundamental: los Kovalivker no nacieron con Milei. Tienen 200 años haciendo negocios con el Estado. Lázaro Báez, en cambio, creció y nació con Cristina. Los hoteles no se los compró Karina, se los compró Cristina.
Spagnuolono aceptará ser imputado colaborador.
Y hablando de cinismo: Mayra Mendoza, los tuiteros K, Fernando Espinoza, Axel Kicillof. Fíjense la corruptela que hay en la provincia de Buenos Aires.
Algunos colegas periodistas sostienen que "hace 15 años que terminó de gobernar el kirchnerismo". Una estupidez soberana. Evidentemente estuvieron en Marte durante el gobierno de Alberto Fernández. Hace dos minutos gobernaba Alberto Fernández, y el kirchnerismo sigue gobernando y cometiendo hechos de corrupción de todo tipo. ¿Dónde gobierna? Provincia de Buenos Aires, intendencias y demás.
El problema del método
Contemos todo. Contemos la corrupción de unos como la de otros. Informemos y pongámosle contexto a los hechos. Porque una cosa es presentar papeles, documentación, encontrar un hecho, contarlo y hacer un informe periodístico. Otra muy distinta es cuando el informe periodístico se basa en un audio clandestino.
Eso no es periodismo. Es otra cosa que puede derivar en una causa judicial y terminar siendo un hecho de corrupción. Sí, es cierto. Pero que no nos den clases de ética, moral y periodismo los que mezclan el periodismo con el espionaje y el periodismo with la extorsión.
El caso Spagnuolo nos enfrenta a una encrucijada: por un lado, la posible existencia de una red de corrupción que debe ser investigada a fondo. Por el otro, métodos cuestionables que ponen en tela de juicio la credibilidad de la información y plantean serios interrogantes sobre los límites éticos del ejercicio periodístico.
La transparencia debe ser total, pero también debe serlo el compromiso con la verdad y los métodos legítimos para alcanzarla.