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Cornejo y un gabinete con la mira puesta en el legado

Para lograr su cometido, el Gobernador electo supone que necesita mucha acción, pero también la frescura para encender la mística de una especie de "grupo comando" en su gabinete con el que pretende enfrentar lo incierto de los próximos años. 

08/12/2023 10:50
El Gabinete de Alfredo Cornejo
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Cuando Alfredo Cornejo asuma su segundo mandato como gobernador de Mendoza se convertirá -además- en el primer dirigente desde el regreso de la democracia en ejercer dos períodos constitucionales. 

El equipo que armó para ello busca enfrentar la crisis, defender las banderas y si eso funciona, asegurar a futuro la continuidad de su impronta más allá de esta casi última década. 

De aquel lejano 2015 a este urgente 2023 son muchas las diferencias, aunque el instinto político de Cornejo haya sabido sacar provecho de ambas circunstancias. Primero, fue el estado calamitoso de las prestaciones y las cuentas públicas que dejó Francisco Pérez a pesar de la expansión económica que sostenía el kirchnerismo; ahora, una desafiante demanda de urgente activación del potencial productivo provincial en un contexto de clara restricción, con ciertos rasgos de crisis terminal que deja Alberto Fernández

La elección nacional de Javier Milei, es desde la lectura del gobernador, un imperante mensaje de cambio, no sólo de signo político, sino también de la manera en que la política ha manejado la cosa pública. Un volantazo casi desde la anti política, pero que es especialmente ideológico -y por ende- de orientación económica.

Un escenario que obligará a ser más austeros, pero también más eficientes y menos diletantes en la función de gobierno. Un certero fin a la era de la procrastinación en la que se regodeó el albertismo bajo la tutela disconforme de Cristina Kirchner

Para lograr su cometido, Cornejo supone que necesita mucha acción, pero también la frescura que en voz baja le achacó como déficit a la gestión de Rodolfo Suárez. "Gestión, gestión, gestión..." ha repetido en estos días tanto en público como en privado, buscando encender la mística de una especie de "grupo comando" en su gabinete con el que pretende enfrentar lo incierto de los próximos años. 

Desde que decidió asumir esta candidatura, Cornejo deslizó que buscaría potenciar un cambio generacional, capaz de remover también cierto acostumbramiento de una estructura oficialista que llegó con él en 2015 y que se mantuvo en gran parte inalterable. Frescura y nuevas ideas para viejos problemas. 

Se trata mayoritariamente de jóvenes, pero también con solvencia técnica demostrada y altísima dosis de lealtad política, porque, en definitiva, el liderazgo y el rumbo no se cuestionan, aunque las propuestas de las políticas se puedan debatir.

A la cabeza de ese lote figuran Tadeo García Zalazar (Educación, Cultura, Infancias y DGE); Natalio Mema (Gobierno, Infraestructura y Desarrollo Territorial); Mercedes Rus (Seguridad y Justicia); Jimena Latorre (Energía y Ambiente) y Gabriela Testa (Ente de Turismo). Cornejismo puro y mayoritario. 

El combo se completa con técnicos incuestionables, pero también con prosapia radical histórica, como Víctor Fayad (Hacienda y Finanzas) y Rodolfo Montero (Salud y Deportes), lo que supone un guiño a distintos sectores partidarios. Aunque tampoco faltan representantes de aliados internos y externos.

Es el caso del empresario vitivinícola Rodolfo Vargas Arizu (Producción), extrapartidario y fiel a Cambia Mendoza en la crisis producida por la ruptura provocada por Omar De Marchi, y la radical cobista Patricia Giménez (ProMendoza), quien fue a la interna como candidata a vicegobernadora de Luis Petri

Ese equilibrio con fortaleza y amplitud política busca soldar el arranque de una gestión que en sintonía con el anunciado ajuste nacional puede transitar en su despegue suficientes episodios de turbulencia: desde el discontinuo desembolso de partidas nacionales, la paralización de la obra pública, pero también las dificultades que puedan producirse tras el plan de shock para alinear las variables macroeconómicas que deriven en devaluación, más inflación, más pérdida de poder adquisitivo, más pobreza, y por ende más complicaciones sociales. 

Sin embargo, Cornejo también está pensando en lo que vendrá. Supone que su deber es dejar en acción, con espaldas y experiencia, a una nueva camada de dirigentes capaces de tomar la posta y –porque no- mantener las banderas del cornejismo cuando su ciclo concluya.  

Está claro que entre ese puñado de jóvenes expertos que asumirán ese primer plano que vienen ensayando hace tiempo, el gobernador testea la continuidad de su legado político, ya que además entiende, es el proyecto futuro del radicalismo en la Provincia. Y si bien puertas adentro casi nadie cuestiona a los elegidos, les tocará ahora a ellos revalidar el protagonismo y producir una nueva narrativa capaz de sostener las adhesiones.  

Por lo pronto, García Zalazar (tal vez el más experimentado y al que Cornejo también busca empoderar aún más) ya lanzó el slogan con el que intenta definir este arduo desafío inmediato, que va desde la "revolución de lo sencillo" del 2015 a la "evolución de lo complejo" de este 2023 que se va cargado de demasiados interrogantes para un nuevo gobierno. 

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