En medio del debate por su intención de importar carne vacuna desde Argentina, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a instar este miércoles a los productores locales a ajustar sus precios para aliviar el costo para los consumidores.

"Los ganaderos, a quienes valoro profundamente, deben comprender que su buena situación económica se debe a los aranceles que impuse sobre el ganado importado", escribió Trump en su red social Truth Social. "Sin embargo, también deben reducir sus precios, porque el consumidor es una parte central de mi manera de pensar", agregó el mandatario.

Trump defendió su política comercial, destacando que su gestión "salvó al sector ganadero estadounidense" gracias a las tarifas sobre las importaciones. A pesar de ello, sus comentarios sobre la compra de carne argentina provocaron preocupación y rechazo en el ámbito rural del país.

El acuerdo que propone Trump

Días atrás, el mandatario republicano anticipó que Estados Unidos podría iniciar importaciones de carne desde Argentina como estrategia para frenar la inflación y moderar los precios internos del producto. Según sus declaraciones, la medida también apuntaría a respaldar al gobierno de Javier Milei, a quien calificó como "un gran aliado", y fortalecer el acuerdo económico bilateral de veinte mil millones de dólares entre ambos países.

No obstante, la iniciativa generó una respuesta inmediata y negativa de la Asociación Nacional de Ganaderos (NCBA), que calificó la propuesta como una "intervención innecesaria en el mercado". En un comunicado, la entidad solicitó a la Casa Blanca y al Congreso que "permitan que el mercado funcione de manera autónoma" y advirtió que políticas de este tipo "perjudican a las comunidades rurales de Estados Unidos".

Críticas del sector ganadero

El director ejecutivo de la NCBA, Colin Woodall, fue aún más contundente: sostuvo que el plan "genera confusión y no resuelve el problema de los precios" y señaló que la relación comercial con Argentina es desequilibrada. Además, advirtió sobre los antecedentes sanitarios del país sudamericano, recordando que un brote de fiebre aftosa podría "devastar la producción ganadera nacional".

Respuesta del Departamento de Agricultura

En un intento por apaciguar la polémica, la secretaria de Agricultura de EE.UU., Brooke Rollins, indicó en declaraciones a CNBC que las importaciones desde Argentina serían limitadas y que se mantendrán controles sanitarios estrictos. "Argentina tiene un historial de fiebre aftosa y debemos proteger nuestra industria ganadera", aseguró.

Pese a la preocupación en Washington, Argentina mantiene el estatus oficial de libre de aftosa, con o sin vacunación según la región, y no registra casos desde hace más de veinte años.