Un testigo clave del caso Bento apareció muerto luego de que pidieran su detención
El contrabandista Javier Santos Ortega, pieza clave en la investigación contra el exjuez Walter Bento, fue hallado muerto en su casa pocos días después de que la Justicia ordenara su detención.
El contrabandista Javier Santos Ortega, protagonista del denominado "Caso número tres" en la megacausa contra el exjuez federal Walter Bento, fue encontrado muerto en su vivienda.
El contrabandista Javier Santos Ortega, protagonista del denominado "Caso número tres" en la megacausa contra el exjuez federal Walter Bento, fue encontrado muerto en su vivienda.
Según fuentes judiciales, todo indica que se suicidó pocos días después de que un Tribunal ordenara su arresto y su traslado a la Unidad 32 de los Tribunales Federales.
Santos Ortega afrontaba un juicio por contrabando en una causa independiente a la que involucra a Bento. Cuando Gendarmería llegó para notificarle el traslado, se lo vio profundamente angustiado, pese a que su defensor había solicitado prisión domiciliaria.
Santos Ortega afrontaba un juicio por contrabando en una causa independiente a la que involucra a Bento.
En el domicilio hallaron pastillas, comida y una Biblia abierta sobre la mesa. Minutos más tarde, se habría ahorcado con una soga sujeta al techo.
Dentro del llamado "Bentogate", Santos Ortega era testigo fundamental. En su declaración confesó haber pagado sobornos a la presunta red que lideraba Bento y entregó su teléfono celular como prueba.
Dentro del llamado "Bentogate", Santos Ortega era testigo fundamental. En su declaración confesó haber pagado sobornos a la presunta red que lideraba Bento y entregó su teléfono celular como prueba.
También contó que vendió un departamento en la Quinta Sección de Ciudad por ciento ochenta mil dólares al esposo de María Carolina Bartolini, funcionaria del Juzgado Federal N°1 donde se tramitaba su causa. Para los fiscales, esa operación podría encuadrarse como cohecho.
En otro pasaje, mencionó que, mientras estuvo detenido, fue contactado por el exdespachante de aduana Diego Aliaga asesinado en dos mil veinte, quien le ofreció una lista de abogados supuestamente vinculados a la red de corrupción judicial. Según su testimonio, ese vínculo facilitó que tanto él como su socio Juan Carlos Molina obtuvieran prisión domiciliaria a cambio de pagos ilegales.