Tras permanecer privado de su libertad durante cuarenta y ocho horas, el defensor de San Martín de San Juan, Matías Orihuela, fue liberado luego de una resolución judicial favorable. El incidente que lo involucró se produjo en Potrerillos, y motivó su arresto el pasado martes. Finalmente, una jueza accedió al planteo presentado por su equipo legal.

La audiencia tuvo lugar este jueves, luego de que los abogados Carlos Moyano, Nicolás Camani y Alejandro Aruani solicitaran su excarcelación. Argumentaron que la detención era desproporcionada, ya que el futbolista carece de antecedentes penales y enfrenta cargos que, de ser condenado, permiten pena en suspenso. Además, señalaron que primero estuvo alojado en la Comisaría Once de Luján de Cuyo y luego fue trasladado a la Estación Transitoria de Detenidos y Aprehendidos (ESTRADA).

Tras considerar estos elementos, la jueza Sonia Yornet dispuso que Orihuela recupere su libertad, aunque bajo estrictas condiciones procesales. Si bien el expediente judicial continúa en curso, el imputado podrá seguirlo en libertad.

Entre las medidas impuestas para su liberación, la magistrada estableció que el jugador deberá fijar residencia en un barrio cerrado, no podrá salir del país y deberá entregar una fianza de diez millones de pesos.

El conflicto con la Policía

Todo comenzó en la mañana del martes, cuando Orihuela, lateral izquierdo de San Martín, circulaba por la Ruta Siete junto a su esposa e hija, aprovechando unos días de descanso en Mendoza. Aproximadamente a las diez y cuarto, fue interceptado por efectivos policiales tras haber sido detectado cometiendo una infracción vial.

Según consta en la acusación, el jugador reaccionó con enojo ante el accionar policial y les expresó: "¿Quién sos vos para golpear el vidrio y tocar mi camioneta?". Luego, habría descendido del vehículo y se abalanzó sobre uno de los uniformados mientras profería amenazas como: "Te voy a hacer echar por tratarme mal. Tengo contactos en la AFA, no me pueden tocar".

El enfrentamiento físico se tornó más violento hasta que los agentes lograron reducirlo en el suelo y esposarlo. Posteriormente fue trasladado a los calabozos de la comisaría de Luján.

El jugador fue imputado por resistencia a la autoridad y amenazas simples, delitos que conllevan penas de entre seis meses y dos años de prisión.