Los goles del Real Madrid, muy superior al conjunto alemán, al punto que la diferencia pudo ser mucho mayor, fueron convertidos por el joven de la cantera Gonzalo García, que de esta manera llega a la cima de la tabla de goleadores con cuatro, al igual que el argentino Ángel Di María y el brasileño Marcos Leonardo, y Fran García, el lateral izquierdo de excelente torneo. Sin embargo, cuando parecía que todo era plácido para los blancos, llegó el descuento de Maximilian Beier en el tercer minuto de adicional, pero la esperanza pareció que duraba poco con el 3-1 de Mbappé, que dedicó el tanto al fallecido delantero portugués Diogo Jota. Y de saque, Huijsen le cometió penal a Guirassy, que éste concretó para el 3-2. Quedó lugar para una última jugada y en ella, casi empata el Borussia, pero Courtois, en gran atajada (muy festejada) pudo parar el remate del austríaco Sabitzer.

76.611 espectadores la cifra más alta del Mundial de Clubes hasta ahora, aunque la capacidad del Met Life es de 82.500 se dieron cita para este partido, con el indudable tirón del Real Madrid, cuyos hinchas fueron una abrumadora mayoría.

Cuando los sistemas no se habían desplegado en el campo llegó la primera jugada de peligro, cuando Adeyemi, dentro del área del Real Madrid, abrió hacia la izquierda para el centro del lateral Svensson, y Brandt, anticipándose a la marca, por muy poco no concretó el primer gol para el Borussia Dortmund, aunque esa jugada tuvo una inmediata réplica y también por la banda izquierda, por la que desbordó Fran García (de excelente torneo) y el joven Gonzalo García no llegó a empujar la pelota a la red, en lo que presagiaba ser un muy buen partido, y especialmente muy abierto.

Inmediatamente después, llegó el gol del Real Madrid, que no necesita muchas llegadas para concretarlo: el turco Arda Güller, en su nuevo rol de guía del equipo, asistió a Gonzalo García quien, de primera, definió sin dar chances al arquero Kobel, consiguiendo así su cuarto gol en el torneo.

La diferencia entre los dos equipos se hizo notoria, entre la mejor técnica y el aplomo del Real Madrid, con el resultado a favor, y la necesidad, aunque sin muchas posibilidades de recuperar la pelota por parte del Borussia. Eso se tradujo, a los 20 minutos, en el segundo gol blanco, luego de una muy buena combinación de Alexander Arnoldt y Bellingham por la derecha, el centro del inglés y la aparición por el medio del lateral izquierdo, que dejó sin chances a Kobel, confirmando su gran Mundial.

La sensación era que, jugando de esta manera, sería ya muy difícil para los alemanes dar vuelta el partido, por la enorme diferencia individual y colectiva.

De hecho, Real Madrid pudo haber aumentado el marcador en más de una oportunidad, ya sea por Vinicius Junior, por Gonzalo o por Bellingham, en un partido que tuvo controlado en casi todo momento, con muy escasas dificultades defensivas.

En el segundo tiempo, hubo más insinuaciones que ataques reales, siempre más peligroso el Real Madrid, pero con un resultado demasiado cómodo como para jugar demasiado concentrado, mientras que se notaba que para el Borussia Dortmund, la diferencia parecía casi indescontable, por lo que el partido fue adquiriendo un tono parecido al de un amistoso.

Casi como para probar otro sistema acaso ya pensando en la semifinal, el entrenador del Real Madrid, Xabi Alonso, hizo ingresar a Luka Modric, a Kylian Mbappé y a Dani Ceballos (los dos primeros, muy pedidos por el público), por Vinicius Junior, Bellingham y Arnold, exactamente cuando promediaba el segundo tiempo.

Sobre la hora, siempre muy superior, aunque con todo ya vendido, el Real Madrid tuvo otras dos situaciones claras de gol, primero desde los pies de Federico Valverde, de gran despliegue, luego de Arda Güller, y enseguida, Rüdiger estuvo a punto de batir el arco de Kobel. La diferencia, al cabo, fue enorme y el resultado sólo estuvo en juego por veinte minutos.

En el segundo minuto de descuento, de los cinco totales, descontó el Borussia Dortmund en una jugada aislada, por intermedio de Maximilian Beier, pero para que no quedaran dudas, Mbappé capitalizó un centro, y definió con una tijera para el 3-1, pero en la jugada siguiente, Huijsen cometió penal a Guirassy, quien volvió a descontar con un bombazo, sin que Courtois pudiera detener el balón, para el 3-2 final.

Cuando quedaban segundos y parecía que todo terminaba, el volante austríaco Marcelo Sabitzer sacó un excelente remate que provocó una atajada notable de Courtois, que terminó salvando a su equipo de ir al alargue cuando los noventa minutos habían sido tan plácidos.