Tanto Chelsea como Palmeiras necesitaron de un alargue para clasificarse en los dos primeros partidos de los octavos de final. El "Verdao" paulista lo hizo ante su compatriota carioca Botafogo tras un aburrido empate 0-0 en los noventa minutos, mientras que Chelsea le ganaba 1-0 al Benfica con un gol de Reece James, que sorprendió rematando directamente al arco un tiro libre esquinado desde la izquierda, pero el partido estuvo suspendido casi dos horas por el protocolo cuando hay amenaza de tormenta eléctrica. Empató Ángel Di María, de penal, sobre la hora, y hubo que jugar otros treinta minutos.

En el partido de Filadelfia, tras una buena actuación del arquero John, de Botafogo, que contuvo dos muy buenos remates del volante colombiano Richard Ríos, hubo que ir al alargue porque Palmeiras, dominador y con más oficio, merecía ganar el partido, pero no tuvo contundencia arriba ante un Botafogo cuyo fuerte en este torneo fue la defensa, cerrarse y soportar el asedio rival, algo que le ocurrió en su resonante triunfo ante el PSG o en la caída menor ante Atlético Madrid, que le valió el pase a octavos de final.

Recién en el minuto 100, un muy buen remate por debajo de Paulinho, que encontró el claro, puso en ventaja al Palmeiras, que se quedó con diez por la expulsión de uno de sus líderes históricos, el marcador central paraguayo Gustavo Gómez, por una evitable falta al zaguero argentino Alexander Barboza.

En el Botafogo ingresó el también argentino exInter y Estudiantes Joaquín Correa, que hizo un buen partido pero a los dirigidos por el portugués Renato Paiva no les alcanzó y quedaron eliminados.

En Charlotte, parecía que Chelsea ganaba en los noventa minutos al Benfica en un discreto partido en el que Cole Palmer y Marc Cucurella llegaron más de una vez a posición de gol, pero chocaron con el muy buen arquero ucraniano de los portugueses, Anatoly Trubin.

El gol terminó llegando de la manera menos pensada, con un tiro libre desde el costado izquierdo de James, que desorientó al Benfica, pero cuando el partido parecía que llegaba a su din, se activó el protocolo de amenaza de tormenta eléctrica, y hubo que esperar casi dos horas y al regresar, Benfica tuvo la posibilidad de empatar a través de Di María (que ya llega a los cuatro goles en el torneo), cambiándole el palo al arquero español Robert Sánchez.

Esto obligó a ir a un impensado alargue, pero rápidamente fue expulsado en el Benfica el joven argentino Gianluca Prestianni y el Chelsea sacó mucha ventaja del jugador de más y comenzaron a llegar los goles: Christopher Nkunku (que había ingresado por la nueva figura de los "blues", Liam Delap), Pedro Neto y Kiernan Dewsbury-Hall terminaron estirando la ventaja y eliminando a los portugueses y marcando, de esta forma, la despedida de Di maría, que regresará a jugar a Rosario Central.

De aquel Chelsea-Palmeiras de principios de 2022 en Emiratos Árabes Unidos por aquel reducido Mundial de clubes quedan muy pocos jugadores. Ninguno, ni siquiera su entrenador (antes, el alemán Thomas Tuchel, ahora el italiano Enzo Maresca. Exayudante de campo de Josep Guardiola en el Manchester City) en los "blues", y, en cambio, continúan el arquero Weverton, los defensores Marcos Rocha, Gustavo Gómez y el uruguayo Joaquín Piquerez, y el volante Raphael Veiga, en el "Verdao", así como su entrenador, el portugués Abel Ferreira, ganador de dos Copas Libertadores.

Si Gómez no podrá ser de la partida, en cambio Estevao, la joven promesa de Palmeiras, podría despedirse de su parcialidad justo ante su próximo equipo, el Chelsea, o acaso sea verdugo de éste. Cosas del fútbol de este tiempo. En el Palmeiras juegan tres argentinos: el defensor Agustín Giay, formado en San Lorenzo, el volante Aníbal Moreno (es Racing en tiempos de Fernando Gago) y el delantero José Manuel "Flaco" López, exLanús.

Más allá del protagonismo de los argentinos, aunque en clubes extranjeros, esperemos que los partidos que restan de octavos de final sean de mayor ritmo y llegadas que los dos que vimos hasta ahora.

Por Sergio Levinsky, desde Miami