Mendoza alerta por la práctica del vapeo en jóvenes y adolescentes
El vapeo no solo afecta los sistemas respiratorio, cardiovascular e inmunológico, sino que también impacta en la salud mental al generar ansiedad, trastornos del sueño, irritabilidad y depresión.
El Ministerio de Salud y Deportes busca concientizar y desmitificar la supuesta inocuidad del vapeo, y promover intervenciones preventivas desde el primer nivel de atención, con énfasis en la población adolescente, altamente vulnerable a las estrategias de marketing de la industria.
Se busca alertar sobre los riesgos graves, y muchas veces irreversibles, que provoca el uso de cigarrillos electrónicos, conocidos comúnmente como vapeadores. Lejos de ser una alternativa inocua con respecto al cigarrillo convencional, estos dispositivos representan una amenaza creciente para la salud pública, especialmente entre adolescentes.
Aunque su venta, distribución y promoción están prohibidas en Argentina, los vapeadores circulan libremente a través del comercio ilegal, sin control sobre su fabricación ni componentes. Esta facilidad de acceso, sumada a estrategias de marketing dirigidas a jóvenes, ha convertido al vapeo en una peligrosa puerta de entrada al tabaquismo y otras adicciones.
Desde la Dirección de Prevención y Promoción de la Salud, con la participación del Programas de Enfermedades Respiratorias Crónicas y Tabaco y el Programa de Salud Integral e Integrador en Adolescencia, se pretende visibilizar los riesgos reales del uso de cigarrillos electrónicos y fortalecer acciones de prevención, información y control para frenar una práctica que amenaza con consolidarse como una nueva epidemia silenciosa entre adolescentes.
Debido a que la comercialización de estos productos ha sido reciente, aún no se han visto todos los daños que su consumo produce en la salud a largo plazo. Sin embargo, algunas investigaciones sostienen que las soluciones de este producto contienen más de 22 sustancias cancerígenas, como pulegona, arsénico, formaldehído, nitrosaminas y otros carbonilos.
Es importante recordar que los cigarrillos electrónicos están prohibidos en el mercado argentino desde 2011. La ANMAT, a través de la disposición 3226/2011, que ratificó en un comunicado de 2016, dispone que se prohíbe "la importación, distribución, comercialización y la publicidad o cualquier modalidad de promoción en todo el territorio nacional del sistema electrónico de administración de nicotina denominado ‘cigarrillo electrónico', extendiéndose dicha prohibición a todo tipo de accesorio para dicho sistema o dispositivo, como asimismo a cartuchos conteniendo nicotina".
Cigarrillo electrónico, vapeadores
Los cigarrillos electrónicos (CE), también llamados vapeadores o vapers, son sistemas electrónicos introducidos en los mercados en 2006 como alternativa para fumar en remplazo de los cigarrillos comunes.
El dispositivo produce un aerosol que se aspira, simulando el acto de fumar. Está compuesto por una batería, un atomizador y un cartucho, que contiene líquido con saborizantes que pueden concentrar altos niveles de nicotina.
Existen innumerables modelos de cigarrillo electrónico y de líquidos para cargarlos de diferentes sabores y concentraciones de nicotina. El líquido para cigarrillo electrónico se presenta en un cartucho o tanque recargable, aunque cada vez son más populares los cigarrillos electrónicos descartables, debido a su menor costo. Ningún saborizante ha sido avalado para ser inhalado.
Los fabricantes han instalado el término vapeo sugiriendo que el consumo de estos productos produce un vapor de agua libre de daños. Sin embargo, los cigarrillos electrónicos funcionan como un aerosol que libera numerosas sustancias tóxicas y cancerígenas, entre ellas nicotina, compuestos orgánicos volátiles, partículas ultrafinas, sustancias químicas que causan cáncer, metales pesados como níquel, estaño, plomo y saborizantes como diacetilo, que causa enfermedad pulmonar grave.
¿Son inofensivos?
Los cigarrillos electrónicos no son inofensivos. Emiten aerosol y no vapor de agua. El aerosol contiene numerosas sustancias tóxicas y cancerígenas, además de nicotina, lo que mantiene la adicción. Aun cuando el tanque está rotulado como libre de nicotina, puede contenerla.
Los cigarrillos electrónicos no son seguros ni para fumadores ni para no fumadores. Los no fumadores que empiezan a usar cigarrillos electrónicos corren el riesgo de desarrollar adicción a la nicotina y empezar a fumar cigarrillos convencionales. No son seguros para jóvenes, adultos jóvenes, mujeres embarazadas o adultos que actualmente no usan productos de tabaco.
Se desaconseja el uso de cigarrillo electrónico, tanto en espacios abiertos como cerrados, ya que la evidencia científica muestra que liberan sustancias tóxicas al medio ambiente y afectan a otras personas.
¿Qué riesgos tienen para la salud?
Son dañinos para la salud, incluso aquellos CE que dicen no contener nicotina suelen tenerla. La nicotina es una sustancia química altamente adictiva. En los CE se utiliza nicotina sintética y sus valores pueden ser manipulados para generar más adicción.
La adicción a la nicotina es el efecto más preocupante de los CE. Estudios muestran que los jóvenes que los consumen tienen casi tres veces más probabilidades de fumar cigarrillos comunes posteriormente. La nicotina es poderosamente adictiva, tóxica para los fetos en desarrollo y puede afectar el desarrollo cerebral entre los 20 y 25 años.
Además, las baterías defectuosas pueden producir incendios y explosiones.
La ingesta de los líquidos es tóxica, lo que representa un riesgo en niños que tienen acceso a los tanques.
Los cigarrillos electrónicos pueden generar diferentes daños en la salud:
-Alteraciones en las vías respiratorias, disminución del oxígeno, mayor frecuencia de exacerbaciones de asma entre jóvenes expuestos, progresión de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o vapers.
-Incremento de la presión arterial sistólica, la frecuencia cardíaca y rigidez arterial, relacionada con el vapeo con nicotina, con mayor riesgo de sufrir infarto de miocardio.
-Síndrome metabólico, que a su vez aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales y cáncer.
-Daños al sistema inmunológico, dolor abdominal, diarrea, lesiones y enfermedades en boca (estomatitis nicotínica, lengua vellosa y queilitis angular) y garganta.
-Problemas en el desarrollo cerebral y motor en hijos de madres que usaron cigarrillo electrónico durante el embarazo.
-Daños en la piel, como quemaduras, dermatitis y lesiones en la mucosa bucal, debido a sobrecalentamiento, fuego o explosión de los dispositivos. Las lesiones por explosión de cigarrillo electrónico pueden incluir quemaduras graves, pérdida de dedos, traumas oculares y bucales/maxilofaciales. La mayoría de las quemaduras se producen cuando el dispositivo explota mientras se guarda en el bolsillo, lo que convierte a la ingle y a genitales en la zona más afectada.
-Pueden dañar la salud de terceros, incluyendo intoxicación aguda en niños y lactantes, y problemas respiratorios en personas expuestas de manera secundaria al aerosol. Es por ello que la ley nacional de control de tabaco prohíbe su uso en los mismos espacios donde se prohíben los cigarrillos convencionales.
Daños al medio ambiente
Empeoran la calidad del aire y constituyen una fuente enorme de contaminación, particularmente los descartables, incluyendo desechos plásticos, desechos tóxicos (por el líquido que contienen) y desechos electrónicos (baterías de litio).
¿Son útiles para dejar de fumar?
Son muchas veces promocionados para dejar de fumar. Sin embargo, estudios demuestran que suelen perpetuar la adicción a la nicotina, ya que es frecuente el uso dual: cigarrillos convencionales y electrónicos.