La decisión de otorgar la prisión domiciliaria a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner era "absolutamente previsible" y se fundamenta en criterios de seguridad para evitar un peligro para su vida e integridad física. La imposibilidad de mezclarla con la población penitenciaria común y lo "inhumano" que resultaría un aislamiento total durante seis años fueron las razones centrales que llevaron al tribunal a tomar esta resolución, la cual se ajusta a los parámetros razonables del derecho procesal.

Estos conceptos fueron vertidos por el abogado especialista en Derecho Penal, Daniel Sosa Arditi, durante una entrevista en el programa "Lado A" de Radio Jornada 91.9. El letrado mendocino sostuvo que, más allá de la polémica, las condiciones impuestas, como la tobillera electrónica, son las habituales para cualquier ciudadano en una situación comparable y que la expresidenta deberá ser "muy prudente", ya que los términos de su detención pueden ser revocados.

Tobillera, custodia y un estricto régimen de visitas

Sosa Arditi aclaró que la incorporación de un dispositivo de control electrónico no es una imposición especial para la exmandataria, sino una exigencia contemplada en la propia ley que regula las prisiones domiciliarias. "Jurídicamente era inevitable", afirmó, y señaló que solo un dictamen técnico previo que demostrara su inconveniencia podría haberla evitado, algo que la defensa no presentó. 

En cuanto a la seguridad, el especialista explicó la convivencia de dos fuerzas: la custodia personal de la Policía Federal, destinada a proteger su integridad física, y el Servicio Penitenciario Federal, cuya función es "velar porque efectivamente cumpla con la prisión domiciliaria". Respecto a las visitas, es una práctica estándar que se presente un listado de personas preautorizadas. "Si alguien distinto al listado solicita el ingreso, tiene que pedir previamente una autorización al tribunal", detalló.

Comunicaciones permitidas y salidas solo por urgencias

A diferencia de lo que ocurre en los penales, una persona en detención domiciliaria no tiene restricciones en sus comunicaciones, por lo que el uso de teléfonos y redes sociales está permitido. La situación cambia drásticamente para las salidas del domicilio. Estas solo se autorizan para situaciones justificadas, como estudios médicos o urgencias, y en casos excepcionales como el fallecimiento de un familiar directo. Una invitación a dar una charla en una universidad, por ejemplo, no sería motivo de autorización.

"Es bastante común que las personas en prisiones domiciliarias tengan la necesidad de hacerse estudios médicos", indicó Sosa Arditi, explicando que, según la urgencia y la jurisdicción, el traslado puede ser realizado por el servicio penitenciario o incluso por los propios medios del detenido, siempre con previa notificación y autorización.

La polémica del balcón: "Las condiciones son  modificables"

Consultado sobre el reciente pedido de aclaratoria de Cristina Kirchner sobre si puede salir al balcón, el abogado consideró que "está jugando", ya que posee una vasta experiencia política. "Lo que le está diciendo el tribunal es que no puede salir a hacer un discurso público y convocar multitudes", interpretó. El objetivo es evitar la alteración del orden en el vecindario.

Finalmente, Sosa Arditi lanzó una advertencia clave: "Las prisiones domiciliarias son esencialmente modificables". Explicó que, debido a la alta capacidad de convocatoria de la expresidenta, si se generan movilizaciones permanentes frente a su domicilio -incluso si ella no es la convocante explícita-, "es probable que el tribunal empiece a replantearse por lo menos el lugar de cumplimiento de esta detención". Por ello, le recomendó ser "muy prudente" con su comportamiento.