En un contexto de retracción del mercado interno, paralización de la cadena de pagos y apertura de importaciones que pone en jaque a la industria nacional, las pequeñas y medianas empresas (Pymes) atraviesan un momento de extrema fragilidad. Julián Moreno, titular de Apyme a nivel nacional, dialogó con Radio Jornada (91.9) y trazó un diagnóstico contundente: "Estamos en una espiral descendente y sin herramientas de política económica que reviertan la tendencia". 

Escaso impacto del Hot Sale para las Pymes

Convocado para analizar la participación de las Pymes en el Hot Sale, Julián Moreno no tardó en aclarar que este tipo de eventos promocionales tiene una incidencia mínima en la vida real del sector. "Son herramientas, sí, pero que no cambian la realidad para nada. El Hot Sale queda en segundo plano, sirve para hacer esta charla, pero no nos modifica el panorama", explicó. 

Según el dirigente, el comercio digital -aunque en crecimiento- representa apenas el 15% del total de las ventas. En este escenario de baja actividad, promociones como el Hot Sale se convierten en un espejismo: "Estamos con un mercado interno muy deprimido y problemas para cobrar. Si no hay consumo ni crédito, no hay milagro posible". 

Una economía de deuda, incertidumbre y especulación 

Moreno describió una dinámica perversa que sofoca al entramado Pyme. "Antes del acuerdo con el Fondo, muchas empresas trataron de pagar sus compromisos para cubrirse de una posible devaluación. Después del acuerdo, con el Gobierno interviniendo en el dólar futuro, se consolida un esquema de especulación financiera que empeora la cadena de pagos". 

El titular de Apyme explicó que muchos actores que no pertenecen al mundo financiero se ven arrastrados por esa lógica: priorizan hacer una diferencia con la tasa de interés antes que cumplir con sus proveedores. Resultado: más cuellos de botella, más parálisis y más incertidumbre. 

Inversión frenada escasa presencia del Estado

Las pequeñas y medianas empresas, que en la Argentina explican el 70% del empleo, están detenidas. "Cuando hay un gobierno que impulsa la industria, te embarcás en deudas para invertir. Pero si el ciclo político cambia y se desarma todo, quedás clavado con pasivos en dólares y sin ventas. Entonces, la próxima vez dudás en invertir", describió Moreno. 

El temor a otro giro de timón en la política económica termina por frenar cualquier posibilidad de reactivación. "Este proceso va dejando cicatrices profundas en el entramado productivo que son muy difíciles de borrar", aseguró. 

Apertura indiscriminada y pérdida de empleo 

Moreno advirtió que la apertura de importaciones, lejos de responder a una lógica de competitividad, es un "tiro en el pie" para la industria nacional. "Nos hacen competir con polos industriales gigantescos como China o Estados Unidos, que incluso aplican aranceles para proteger su producción. Y nosotros abrimos las puertas de par en par". 

Además, alertó que el empleo formal también está desapareciendo.  

 "Si se destruye la industria, se destruye el 20% del empleo argentino. Son puestos bien remunerados, con derechos, que hoy están en la cuerda floja". 

El número que confunde y el consumo que se desploma 

Frente a informes que señalan un leve crecimiento interanual en las ventas minoristas, Moreno puso las cifras en contexto: "Sí, crecen respecto al año pasado, pero caen respecto al mes anterior. No hay una tendencia firme. Además, crece la actividad minera o petrolera, que genera poco empleo, y cae la industrial, que es la que más puestos produce". Por eso, remarcó, la paradoja de una economía que ‘crece' pero con consumo en baja: "La masa salarial pierde participación en el PBI. Y sin salario, no hay mercado interno que aguante". 

Consultado acerca de lo que las Pymes esperan para este año, la Moreno respondió: "El desafío hoy es sostenernos. Muchas Pymes ya están recurriendo a la importación para bajar costos, lo que implica despidos. Y los que están en el medio de la cadena, como los proveedores industriales, directamente se quedan sin clientes".