La colecta anual de Cáritas dejó un balance positivo en Mendoza, tanto por los resultados económicos preliminares como por el clima de fraternidad que se vivió en cada parroquia y comunidad. Así lo expresó en "Matinal" en Radio Jornada (FM 91.9) Walter Formica, referente de la organización en la provincia, quien subrayó que más de mil personas se sumaron como voluntarias y que la ayuda recibida permitirá sostener durante el año las acciones de asistencia, capacitación y promoción humana que Cáritas impulsa en todo el territorio.

Además de repasar los alcances de la campaña, Formica alentó a la sociedad mendocina a comprometerse con gestos cotidianos de solidaridad que van más allá de lo económico. 

También destacó la iniciativa de reciclaje solidario que lleva adelante Verallia junto a la Fundación CONIN, con la que logran unir el cuidado ambiental con el combate a la desnutrición infantil.

Una colecta que renueva la esperanza 

"Los resultados provisorios de la colecta anual de Cáritas son muy buenos, pero lo que más nos llenó fue el espíritu de alegría, fraternidad y esperanza con el que la gente participó", expresó Formica al evaluar el desarrollo de la colecta. 

En Mendoza, más de mil voluntarios colaboraron con la organización de la campaña, que este año se desarrolló bajo el lema "Organizar la esperanza". La cifra final de recaudación se conocerá dentro de unos 15 o 20 días, cuando las parroquias terminen de contar el dinero y los bienes donados. 

El referente de Cáritas también advirtió que la demanda social creció notablemente en los últimos meses. Por eso, insistió en la importancia de colaborar no solo con dinero o aclimentos, sino también con tiempo y trabajo solidario: "Lo más valioso que tenemos hoy es el tiempo, y hasta una hora semanal puede marcar una diferencia en la vida de otra persona", sostuvo.

Reciclaje que transforma realidades 

Formica explicó además cómo la empresa Verallia, de la que también forma parte, desarrolla una campaña de reciclaje de vidrio en beneficio de la Fundación CONIN. "Empezamos hace 13 años con dos contenedores y hoy hay más de 50 distribuidos en supermercados, shoppings y barrios privados", detalló. Todo el vidrio recolectado se recicla y el valor generado se transforma en alimentos para combatir la desnutrición infantil. 

Esta acción permite conjugar cuidado ambiental con impacto social directo. Los interesados en colaborar pueden consultar la ubicación de los contenedores en ar.verallia.com.