Discriminación en la escuela

Bullying en el secundario: admiten que desde la política, "hemos hecho poco y nada"

El caso de la chica de 14 que ingresó con un arma al colegio y efectuó disparos dejó al descubierto la responsabilidad del Estado sobre los casos de bullying, algo que ya había marcado la abogada especialista en violencia de género, Carolina Jacky.

La señal de alerta que encendió el caso de la chica de 14 años que ingresó a la escuela en el departamento de La Paz, en el Este de Mendoza, dejó muchas dudas acerca de la manera en la que se atienden los casos de bullying no solamente en la provincia cuyana sino en toda Argentina.

Esto ya había sido advertido por la abogada especialista en violencia de género y candidata hoy a diputada nacional por Protectora Fuerza Política, Carolina Jacky, quien responsabilizó al Estado de Mendoza por lo ocurrido haciendo hincapié en que parte de la comunidad educativa en La Paz conocía lo que sufría la chica quien finalmente expresó su pedido de ayuda con una pistola 9 milímetros de su padre, excomisario de la Policía de San Luis.

Cuando los chicos dicen sufrir bullying y no saben cómo ayudarlos

El bullying en Argentina sigue siendo una preocupación central de educadores y profesionales de salud mental que advierten que el problema no está siendo abordado seriamente.

El acoso escolar o bullying es la exposición que sufre un niño a daños físicos y psicológicos de forma intencionada y reiterada por parte de otro, o de un grupo de ellos, cuando acude al colegio. El acosador aprovecha un desequilibrio de poder que existe entre él y su víctima para conseguir un beneficio (material o no), mientras que el acosado se siente indefenso y puede desarrollar una serie de trastornos psicológicos que afectan directamente a su salud o incluso, en situaciones extremas, conductas autodestructivas.

El bullying escolar se suele producir durante el recreo, en la fila para entrar a clase, en los baños, los pasillos, los cambios de clase, al entrar y salir del centro, en el transporte escolar o en el comedor. También puede ocurrir en el aula, cuando el profesor está escribiendo en la pizarra o mientras está atendiendo a otros alumnos.

Algunos colectivos son más vulnerables y tienen mayor riesgo de ser víctimas de acoso escolar. Son aquellas personas percibidas como diferentes, como los niños con discapacidad, trastornos del espectro autista (TEA), obesidad o dificultades de integración social.

Las causas que originan el bullying dependen de cada caso concreto, aunque suelen tener unas características comunes: el acosador escolar no tiene empatía y, por tanto, es incapaz de ponerse en el lugar del acosado y ser sensible a su sufrimiento.

 Bullying en el secundario: admiten que desde la política, "hemos hecho poco y nada"

Si los chicos dicen sufrir bullying hay que saber cómo ayudarlos

Alejandro Castro Santander, director del Observatorio de la Convivencia Escolar, indicó: "El estudio midió agresiones y discriminación en general, en algunos casos, solo puede haber sido un solo caso. El bullying es solo hostigamiento y tiene que ver con acoso".

"Esto se lo digo porque hace un tiempo que venimos peleando con personas que manejan datos como este, 7 de cada 10 alumnos sufren bullying y en realidad no hay datos de eso. El estudio, como otro que se hizo antes hace dos años con el último año del secundario que dio datos un poco peores", se quejó.

Señaló que, "analizando el último año el secundario, lo que estamos viendo es algo lógico. Uno tendría que preguntarse con cierta ironía qué hemos hecho para que no pase. Desde las macropolíticas y micropolíticas institucionales, hemos hecho poco y nada. Fíjense que el estudio que se hizo en los chicos de secundario y a sus directivos, los directivos, 80,2% dijeron que los temas de convivencia para ellos eran un problema menor o no eran un problema".

"Entonces, ya tenemos un problema. Al no tener una prioridad como factor educativo que nos termina boicoteando cualquier buena intencionalidad educativa y hasta la permanencia de los chicos en la escuela, evidentemente la respuesta es la reactiva. Pasa algo y veamos qué hacemos. Pero nunca desde la prevención primaria", analizó.

 Bullying en el secundario: admiten que desde la política, "hemos hecho poco y nada"

Y admitió: "Esto es muy raro, muy difícil de encontrarlo, salvo aquellas instituciones que dentro de sus proyectos educativos saben que esto puede pasar. Entonces, toman el toro por las astas y tratan de tener mecanismos para que no pase o pase menos".

"Cuando hay como una espacie de mirada generalizada en donde esto o salga de la escuela, que no salga de acá. Ni que hablar de la judicialización de estos temas. En vez de poner energía en la prevención, en este informe aparece claramente cuando se preguntan qué estrategias se utilizan. Se siguen utilizando las tradicionales, las de siempre, hay casos graves y se llama a una reunión de padres, se les manda una nota a los chicos en el cuaderno de comunicaciones", amplió.

Aclaró que, "si vamos a hablar de bullying, lo que dice el informe es que 6 de cada 10 sufren agresiones y casi un 40%, la media nacional, sufre discriminación, el ser caldo de cultivo para el bullying. Es un tema que debe ser tratado, se debe considerar, pero la respuesta más idónea tiene que ver con la prevención temprana y con la participación de la familia, que esta es una parte de la ecuación que no se está trabajando".

"Casi ni se menciona, entre la familia y la escuela, cuando se realizan trabajos desde la escuela. Se nombra poco y nada a la familia, pero la familia es la primera escuela. Es la escuela de principios que tienen que ver con respeto, tolerancia, con la resolución de conflictos. Nosotros insistimos mucho en lo que se llama la superposición de esferas, que la colaboración de la familia y la escuela", explicó.

Argumentó que, "todo esto que estamos analizando es muy complejo, lo primero que ha perdido el docente en general es la autoridad, como también, han perdido mucha autoridad los padres. Esto es así, es un camino que empezó en la familia y siguió con la escuela. El tema de la autoridad es muy interesante porque si uno ve el concepto en general, autoridad es una persona o una organización que ha perdido de alguna manera la capacidad o la competencia para defender valores".

"En el caso de la escuela, qué es lo que perdió, el tema del conocimiento. Se puso en duda la capacidad de hacer esto y también el lugar como adulto, de autoridad, referente, porque la familia que está poco tiempo con el hijo, cuando tiene un problema con él automáticamente sale en su defensa. Es lo que llamamos, por un lado, los niños cristal y los padres helicópteros, por otro lado, que están sobrevolando por ahí todo el tiempo", destacó.

Y agregó: "Cómo lo voy a abandonar, cómo lo voy a dejar de lado si con él no estoy nunca y cuando me pide que lo vaya a defender, cómo no lo voy a hacer. Y a veces, las instituciones tienen muy mala respuesta. Está pasando con el bullying, donde muchos padres no se sienten escuchados, no creen en la explicación que les da la escuela. Entonces, tenemos la mayoría que se terminan yendo de la escuela".

"O los casos que hemos tenido acá en la provincia de Mendoza, que judicializan el tema. Hay una especie de obligación de cuidado que tiene la escuela. Cuando salen de la casa, los que se hacen responsables de ese niño o niña es la institución educativa", lanzó.

"Nosotros necesitamos cada vez más nuevas mediciones, si uno mira todos los estudios desde las pruebas APRENDER, son las que comienzan a darnos datos porque por esto estamos ungidos de datos. Afortunadamente, desde Argentinos por la Educación se analiza cuando se da esa oportunidad. Un cuadernillo anexo. Un cuadernillo que acompaña las pruebas de lengua y matemática", aseguró.

Apuntó que, "ahí analizamos, pero las preguntas son distintas, son temas muy parecidos. En 2016 también se les preguntó a los chicos de la primaria con otra prueba es distinta. Y si nos fijamos con el secundario es más parecida, pero no es lo mismo. Es muy difícil hacer comparaciones".

"Entonces, te quedas con la percepción, de que me pare que hay más. No sabemos realmente. Sabemos que está, que sigue pasando y hay que enfrentarlo como corresponde y lo peor que nos podría haber pasado es que se naturalice. Porque si uno ve bien el informe se va a encontrar con que el 90% de los chicos dijeron que la escuela era un lugar donde se sentían bien", contó.

Admitió que, "la sola sospecha amerita a que se movilice todo. Denuncia el análisis del tema. Desde la casa deberíamos verlo con los más chicos donde la familia está más cerca y la otra es cuando entran en pubertad y adolescencia, se nos escapan un poco".

"Hay un estudio que nos dijo que un 40% de los chicos que tenían violencia no lo comunicaban. Es cuando entramos a la adolescencia. Después se lo comunicaban un poco más a los padres, pero, en general, a medida que iban creciendo, el adulto iba desapareciendo en la comunicación. Entonces, hay que estar atentos a cambios de conductas", amplió.

Y consideró que, "los más chicos van a decir cosas. Al principio los voy a escuchar. Corro el riesgo de naturalizarlo. Hay cosas que son más evidentes. Se hace el festejo de un cumpleaños y a mi hijo o hija no lo invitaron. Empecemos a ver qué está pasando por ahí en la integración, el grupo".

"Cuando llega mal con la ropa, cuando le faltan útiles, pertenencias, son todas formas de violencia que hay que estar atentos porque los grupos son muy dinámicos. No solo lo que pasa en el aula, sino también, en los recreos, empezar a escuchar y entender qué me está diciendo", cerró. 

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