Grooming en Mendoza: Te contamos todo lo que tenés que cuidar para evitar este grave problema
Así lo afirmó la coordinadora de la ONG Grooming Argentina, Vanesa Gómez Etchegaray. En la provincia, 6 de cada 10 adolescentes hablan con desconocidos en Internet.
El grooming es el abuso sexual de un adulto a niños, niñas y adolescentes a través de una plataforma social o internet, que busca menoscabar la integridad sexual de su víctima. Inmersos como estamos en la era digital, es necesario conocer la problemática para actuar rápidamente. Según la organización no gubernamental Grooming Argentina, en los nueve meses de pandemia aumentaron más del 30 % las denuncias en Mendoza. Al mismo tiempo, seis de cada diez niñas y niños en la franja etaria de 9 a 14 años hablan con desconocidos en internet, y tres de cada diez adolescentes concretan una cita con esas personas.
Según los datos recabados en la provincia por la ONG, antes de la pandemia ya existía una cantidad de casos de grooming preocupante, que luego de un mes de cuarentena, crecieron de manera exponencial. En los meses de aislamiento, las denuncias aumentaron más del 30 %. Por esta razón, consideran que la pandemia se convirtió en el escenario ideal para este acoso.
Contrariamente a lo que se piensa, el grooming no es un simple ciberacoso. Cuando se habla de acoso cibernético, se relaciona directamente con el ciberbullying, es decir, el acoso escolar, que no genera responsabilidad penal. Por lo contrario, el grooming es una nueva modalidad de abuso sexual contra las infancias cometida por un adulto. Al mismo tiempo, este delito no tiene género, ya que es cometido por hombres y mujeres hacia menores que se encuentran en el ecosistema de internet.
Este delito puede tener fines de trata y explotación sexual contra las infancias; puede utilizarse para concretar una cita para con la víctima y seguir menoscabando su integridad sexual o, como sucedió en el caso de Mica Ortega, un abuso sexual seguido de un crimen. “Que llegan muchas denuncias es real, pero en algunos casos se toman las denuncias y en otros no. El caso de Florencia, si bien se parece al de Mica Ortega, tiene una diferencia fundamental, y es que en el caso de Mica, el perfil de su groomer era falso, ella llegó al encuentro engañada y manipulada por Jonathan Luna, que le dijo que era una nena de 12 años. En el caso de Florencia, se sabe que esa persona tiene la edad que tiene y no es un perfil falso”.
Los groomers poseen un modus operandi, tienen un protocolo de actuación y saben a qué edades llegar. Ingresan a la vida de la víctima a través de la seducción, de la empatía e incluso de la confianza. Aparecen, desaparecen y vuelven a aparecer. Mienten y extorsionan a través de un video, una imagen, y ahí empieza la segunda etapa del proceso de grooming, que se relaciona con extorsiones o amenazas como publicar material sensible, o atentar contra la salud o la integridad física de los miembros de la familia de la víctima.
Desde Grooming Argentina, proponen una serie de cuidados para las víctimas y familias de víctimas de grooming. “Tenemos una aplicación que se llama GAPP. Si hay un caso de esta naturaleza, la familia o la víctima se pueden comunicar y nos pueden hablar por ahí. Tenemos un equipo de acompañamiento psicológico, legal e incluso nos convertimos en querellantes particulares de la causa”, concluyó Vanesa Gómez Etchegaray.
FUENTE: UDIVERSIDAD