La historia de una pornovenganza que terminó con la muerte de una mujer policía


Marcelo San Román, padre de la policía de 26 años que se quitó la vida luego de que su expareja viralizara un video íntimo, pidió “a los que tengan que hacer algo, escuchen y se dignen a hacerlo”, en referencia a la aprobación del proyecto de ley que establece penas para la “pornovenganza”, y pidió que la muerte de su hija ayude a “tomar conciencia” a la sociedad
La historia de una pornovenganza que terminó con la muerte de una mujer policía

Cuando Belén San Román (25) comenzó conocer a Tobías Villarruel (25), creyó que “era buen chico”, que le estaba dando una oportunidad a alguien que “había cometido un error”. Ella era policía de la Bonaerense y cumplía funciones en el Comando de Patrulla Rural, de Bragado. Tenía dos hijos de 2 y 8 años. Él estaba detenido por robo agravado desde hacía dos años después de asaltar una panadería.

La situación preocupó a su familia, pero nunca sospecharon de lo que podía pasar: la joven terminó suicidándose después de que Villarruel difundiera un video íntimo y se viralizara en Bragado, una ciudad ubicada a 210 kilómetros de Buenos Aires.

Ambos sostuvieron un vínculo en una cárcel hasta que comenzó el karma. Fue después de que la grabara durante un encuentro virtual y comenzara a extorsionarla. La acosó sin parar hasta que esas imágenes empezaron a recorrer los celulares de toda la ciudad.

Desbordada por la situación, Belén terminó quitándose la vida. Murió este viernes después de cuatro días de agonía en el Hospital Municipal San Luis.

Los últimos 20 días habían sido para ella una verdadera pesadilla.

La historia de una pornovenganza que terminó con la muerte de una mujer policía

La Fiscalía N° 6 de Mercedes, a cargo de Luis Carcagno, la misma que pidió la detención de Villarruel por robo en 2018, ahora investiga la muerte de Belén, junto a la Ayudantía Fiscal de Bragado, en manos de Virginia Pérez.

Los investigadores secuestraron una carta que dejó la joven antes de dispararse con su pistola reglamentaria. Ahora peritan su computadora y su teléfono celular. Según informó Clarín, “analizan las circunstancias alrededor de la muerte” para determinar si hubo uno o varios delitos que derivaron en el suicidio. 

Entre otras cosas, intentarán determinar si, antes de divulgar el video, la extorsionaron desde la cárcel pidiéndole zapatillas, dinero y distintos elementos para otros detenidos a cambio de no difundirlo

Sus vecinos y personas que la conocían vieron y viralizaron del video íntimo que Villarruel habría filtrado para violentarla. Belén pasó días recibiendo mensajes en sus redes sociales de desconocidos. Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense le inició un sumario administrativo por la difusión de esas imágenes. Agobiada por la situación, decidió suicidarse.

En la carta que encontraron junto a ella pidió perdón a sus hijos y a su familia, por lo que estaba a punto de hacer.

Pero, consciente de los delitos de los que había sido víctima, también dejó la clave de su teléfono celular: con ese dato lo peritarán e investigarán lo que padeció durante los días previos.

“Toda la secuencia y lo que hizo ella no lo voy a juzgar, acá la única víctima de violencia de género fue ella. Yo no vi nada, como papá no quise ver nada, porque me iba a provocar mucho dolor. O no sé si dolor, dolor siento porque a ella no la tengo más, pero lo que quiero dejar en claro es que mi hija fue una víctima en todo esto”, intenta explicar Marcelo San Román (55), el papá de Belén, todavía aturdido por la situación.

“Espero que el día de mañana, cuando a alguien le quieran mostrar este tipo de cosas, lo piense y se acuerde de lo que pasó con Belén, que le diga a esa persona borralo, no lo reenvíes, acordate de lo que pasó con esa chica de Bragado”, dijo el padre en declaraciones a la prensa.

Belén San Román murió ayer en el hospital municipal de Bragado, cinco días después haberse disparado en la cabeza con su arma reglamentaria luego de la viralización de una serie de fotografías intimas y un video y, según sus familiares, el responsable de la difusión de esas imágenes íntimas fue su expareja, Tobías Villarruel.

Graciela Álvarez, madre de la joven, denunció a través de su cuenta de Facebook que Villarruel, oriundo de la ciudad de Chivilcoy fue “el que viralizó fotos y videos” de su hija “hostigándola y amenazándola”, y que esta situación provocó “que ella termine con su vida”.

“Tan culpable esta lacra, como todos aquellos que viralizaron. El ser humano es la peor de las especies en este mundo enfermo. Ojalá sus sucias conciencias no los dejen vivir en paz”, continuó el posteo de la madre.

La joven, que desde hace algunas semanas desempeñaba tareas en el Comando de Patrullas Rural, “no soportó la presión, la exposición y la vergüenza”, precisó el padre en declaraciones a la prensa. Y agregó: “no lo supo manejar y no se abrió a pedir ayuda”.

“No juzgo a nadie, no soy quién para hacerlo, pero espero que estas cosas nos ayuden a todos a pensar y a entender que el que ve un video así, o lo manda, también es responsable”, apuntó.

“Mi hija recibía burlas, hostigamiento, había gente que le mandaba mensajes privados diciéndole barbaridades”, agregó San Román.

Tras la difusión del material, además, a la joven policía se le abrió un sumario administrativo de Asuntos Internos de la Policía.

Este caso motivó una marcha apoyada por familiares, amigos y organizaciones sociales, en reclamo del urgente tratamiento del proyecto de ley contra la “pornovenganza”, que cuenta con media sanción en el Senado desde julio pasado.

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