Por: Soledad Alcaraz, Marketing Manager LATAM, SNP Group

Dominando el caos: ¿Es posible una gestión eficiente de datos en un mundo saturado de información?

Planes de modernización, migraciones inteligentes y estrategias de orquestación y gobernanza de datos son algunos de los pasos clave para navegar en un mar de datos que crece de manera exponencial.

Pensemos en una pila de libros que llega hasta la luna dos millones de veces. O una cancha de fútbol totalmente cubierta de DVDs, puestos unos encima de otros hasta 2.000 kilómetros de altura. O un archivo musical que, para escucharlo completo, harían falta 300.000 millones de años. Esas son las magnitudes equivalentes a los 181 zettabytes de datos que el portal especializado en información de mercado Statista estima que se generarán para el final de este año.

Una dimensión inimaginable para el cerebro humano y un tsunami que no tiende a detenerse: IDC calcula que la cantidad de datos almacenada se duplicará cada cuatro años, impulsada por la expansión de dispositivos IoT, la adopción del edge computing y la proliferación de plataformas inteligentes. Está claro que estamos al mismo tiempo ante una oportunidad sin precedentes y ante un riesgo silencioso. ¿Es posible gestionar con inteligencia, seguridad y sentido del negocio semejante volumen?

El dilema no es nuevo: la mayoría de las organizaciones generan más información de la que pueden procesar o analizar con eficacia. En ese desborde, lo importante se diluye. Los datos valiosos pueden estar casi al alcance de la mano y aún así pasar desapercibidos: dispersos, fragmentados, duplicados o contenidos en entornos legados que no dialogan entre sí. ¿Cómo convertirlos en valor sin sacrificar velocidad, compliance ni estabilidad operativa?

Históricamente, las arquitecturas técnicas crecieron de forma orgánica pero desordenada. Sistemas críticos que no se comunican, plataformas rígidas que impiden escalar, y una creciente presión para integrar todo eso con ecosistemas modernos basados en la nube y la IA.

Por todo esto, una capitalización eficiente de datos exige más que sumar tecnologías. Implica redefinir la arquitectura de información, unificar fuentes críticas y diseñar una estrategia clara de migración y data government.

La hora de repensar las bases

Una migración inteligente no debería implicar una pausa en la operación ni un salto al vacío. Hoy existen formas de automatizar, visualizar y ejecutar transformaciones complejas (como un cambio de versión de ERP, una fusión o una separación de unidades de negocio) con control granular y trazabilidad absoluta. La clave está en contar con herramientas que habiliten este tipo de movimientos de forma ágil y segura, integrando lo viejo y lo nuevo con una mirada de negocio. Y, por supuesto, de disponer de un socio tecnológico estratégico que pueda comprender la lógica de la organización y, al mismo tiempo, disponga de un conocimiento profundo de la tecnología.

Uno de los ejes más relevantes es la posibilidad de que los datos fluyan entre entornos locales, nubes públicas y plataformas especializadas sin silos ni retrasos. Esto no solo mejora el acceso a información en tiempo real, sino que habilita los modelos de análisis predictivo, la automatización inteligente y la visualización estratégica.

Al mismo tiempo, una adecuada orquestación del ecosistema de datos es lo que nos ofrece claridad sobre cuáles son los procesos a ser optimizados y qué datos deben ser protegidos, transformados o eliminados.

La verdadera eficiencia en la era de la saturación informativa no radica en tener más datos, sino en controlarlos. Separar la paja del trigo para identificar lo que es verdaderamente relevante se vuelve cada vez más imprescindible. La gestión inteligente de datos significa entender que el futuro no se almacena, se orquesta.