Economía

El precio invisible: cómo los impuestos se devoran la comida en la mesa de los argentinos

Mientras el Gobierno busca frenar la inflación, el peso impositivo sobre alimentos básicos desnuda un drama silencioso: casi uno de cada cuatro pesos que pagamos por pan, carne o leche es impuesto. Economistas advierten que la carga tributaria supera incluso la ganancia de los productores

En plena lucha por contener la inflación, un nuevo frente de conflicto se hace visible en la economía doméstica: la descomunal presión impositiva que pesa sobre los alimentos de todos los días. Pan, carne, leche: productos que marcan la dieta esencial de millones de familias argentinas y que, sin embargo, llegan al consumidor cargados de tributos que, en muchos casos, duplican o incluso triplican la rentabilidad de quienes los producen.

Y el resto de la mesa no escapa a esa lógica: un cuarto del precio del kilo de carne también son tributos

Y el resto de la mesa no escapa a esa lógica: un cuarto del precio del kilo de carne también son tributos

El diagnóstico es contundente. Según un estudio reciente de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), por cada cuatro pancitos que consumimos, uno está compuesto solo por impuestos. Y el resto de la mesa no escapa a esa lógica: un cuarto del precio del kilo de carne también son tributos, y lo mismo ocurre con cada sachet de leche, donde el 26% del valor total corresponde a la carga fiscal.

"En cada almuerzo o cena, los impuestos están sentados con nosotros. Por cada $10.000 que pagamos en el mostrador, $2.500 son impuestos. Y eso no incluye lo que el productor debió absorber antes", explica Nicolle Pisani Claro, economista jefe de FADA.

El problema va más allá del bolsillo: tiene impacto directo en la desigualdad, ya que los sectores más vulnerables son los que destinan una mayor parte de su ingreso a alimentos. La reciente norma que exige detallar el precio "con y sin impuestos" en las góndolas y los tickets comienza a mostrarle al consumidor un componente hasta ahora invisible.

Radiografía del precio: cuánto es costo, cuánto es impuesto y cuánto es ganancia

El precio de un alimento, lejos de ser un número simple, se construye en tres capas: costos de producción, ganancias del sector y carga impositiva. Y es esta última la que más preocupa a los analistas.

El precio invisible: cómo los impuestos se devoran la comida en la mesa de los argentinos
  • Pan: solo el 8% del precio viene del trigo. Otro 4% es el molino. Pero el mayor peso lo lleva la panadería (64%), que incluye alquiler, electricidad, transporte y salarios. A esto se le suma un 24% de impuestos. Las ganancias, apenas un 16%.

  • Carne: del campo al plato, el precio se fragmenta así: 28% cría, 24% feedlot, 2% frigorífico, 21% carnicería. ¿Impuestos? 25% del total. Y las ganancias quedan por debajo.

  • Leche: 28% tambo, 26% industria, 20% comercio, 26% impuestos. En este caso, la rentabilidad se reduce a solo el 7%.

"En muchos productos, los impuestos superan la ganancia. Y eso genera una distorsión grave, porque el Estado no asume ningún riesgo productivo, pero cobra en todos los tramos de la cadena", advierte Antonella Semadeni, economista de FADA.

El precio invisible: cómo los impuestos se devoran la comida en la mesa de los argentinos

Las tres capas del impuesto argentino

El sistema fiscal argentino es especialmente complejo y regresivo en lo que respecta a los alimentos. Sobre un mismo producto pueden aplicarse tributos nacionales, provinciales y municipales, todos acumulativos:

  • Nacionales: IVA (el más influyente y regresivo).

  • Provinciales: ingresos brutos, que afectan cada eslabón de la cadena.

  • Municipales: tasas a comercios e industrias.

Más del 70% de esa carga impositiva corresponde al Estado nacional, según detalló Semadeni. Y ese peso se traslada sin filtro a los precios de góndola, especialmente en tiempos donde otras variables, como tarifas, insumos o combustibles, también presionan.

El precio invisible: cómo los impuestos se devoran la comida en la mesa de los argentinos

Un mito que cae: las retenciones no explican los precios altos

Durante años, el debate público giró en torno a las retenciones como una supuesta causa del aumento en los precios internos. Pero los datos desmienten esa hipótesis.

"El 90% del precio de los alimentos se explica por una red compleja de factores como impuestos, transporte, alquileres, salarios, servicios. Culpar solo a las retenciones fue un error conceptual que impidió reformas necesarias", sostiene Semadeni.

Más del 70% de esa carga impositiva corresponde al Estado nacional

Más del 70% de esa carga impositiva corresponde al Estado nacional

Reforma o resignación: el dilema fiscal del plato argentino

Mientras el Ejecutivo celebra la desaceleración de la inflación en los últimos meses, los sectores productivos reclaman algo más profundo: una reforma fiscal estructural que alivie la presión tributaria sobre los alimentos básicos.

El pedido no es nuevo, pero cobra fuerza con los nuevos datos y la visibilidad que empiezan a tener los precios descompuestos. No se trata solo de combatir la inflación, dicen los especialistas, sino de recomponer el vínculo entre el precio final y el esfuerzo real de producir. Porque hoy, en la mesa de millones, el que más gana es quien no produce ni transporta, ni arriesga: el Estado.

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