Final decisiva

El 8 a la cabeza, con el Víctor en el corazón

Gimnasia tiene una vez más la posibilidad de llegar al círculo máximo del fútbol argentino con la ventaja de la experiencia de la pasada temporada. No queríamos olvidarnos del más grande que hoy también estará en la cancha.

Luis Martínez

Vibra el corazón, los ojos se humedecen y la pasión sube como una espuma.

A horas de un duelo histórico los hinchas, los dirigentes y los jugadores intentan domar la ansiedad.

El 8 a la cabeza, con el Víctor en el corazón

Alguien que en estos momentos llevaría tranquilidad y alegría, con experiencia y una sonrisa de oreja a oreja sería el Víctor.

Ese, que seguramente estará en el vestuario y en la cancha dando una mano, les diría "el asunto es salir y jugar, vamos que les pintamos la cara".

Suelto de cuerpo, como cuando se hamacaba, o gambeteaba, pícaro, juguetón pero con la exquisita habilidad con la que se premia a los grandes, hablaría con los jugadores para tranquilizarlos, llevaría un buen parlante para poner música mientras se cambian y en la boca del túnel arengaría: "hagan lo que saben" y a jugar.

El 8 a la cabeza, con el Víctor en el corazón

El Víctor, que lindo sería verlo festejar en la tribuna, igual lo va a hacer desde arriba con la camiseta de su Lobo, con ese escudo pegado al corazón, alentando y alentando, siempre sonriente y listo para gritar Lobo campeón....Lobo campeón...Lobo campeón....

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