Vicente Armando: entre la poesía, la arquitectura y la pintura, una vida dedicada al arte
El artista mendocino escribió 20 libros de poesía, publicó 14 y sueña con editar "Vino", una obra que celebra el terruño
Vicente Daniel Armando tiene 72 años y una vida marcada por la búsqueda incesante de formas de expresión. Arquitecto de profesión, artista plástico y poeta por vocación, ha transitado caminos diversos en el arte, siempre con el impulso de comunicar lo que habita en su interior.
En entrevista con este medio, Armando repasó su vasta trayectoria literaria, sus inicios en el dibujo durante la infancia, la influencia de colegas y familiares, y su actual dedicación a la poesía. Su libro inédito Vino, concebido como un objeto artístico y poético, sintetiza buena parte de ese recorrido.
El dibujo y la poesía, lenguajes que nacieron juntos
Desde niño, Vicente Armando sintió la necesidad de expresar lo que imaginaba. El dibujo fue su primer lenguaje artístico: "Yo no comprendía cómo los demás chicos no podían dibujar lo que tenían en la cabeza, para mí era de lo más natural", recordó. Casi al mismo tiempo llegó la poesía, que se convirtió en otra vía para entender el mundo.
Aunque la escritura lo acompañó desde temprano, no publicó hasta la adultez. Egresado como arquitecto en 1977, dedicó sus primeros años laborales a sostener a su familia. "Era una forma de asegurarme de mantener a la familia", contó. Recién alrededor de los 40 años, gracias al impulso del también arquitecto y escritor Luis Ricardo Casnati, decidió publicar por primera vez. "Mijito, publicá porque este es el camino", le dijo su colega.
Una obra prolífica que entrelaza poesía, arquitectura y pintura
Con 14 libros publicados y otros 4 en proceso, Vicente Armando ha construido una obra literaria sólida y extensa. Muchos de sus trabajos combinan poesía con ilustraciones, en una fusión que refleja su formación artística integral. Ha realizado exposiciones en las que conviven sus dibujos y sus textos, y su universo creativo está atravesado por la estética y el sentido simbólico.
En la actualidad, se encuentra volcado casi por completo a la poesía. "Yo no vengo del mundo digital, para mí un libro es libro, materialmente no lo concibo de otra manera", expresó. En ese sentido, su obra apunta a lo tangible, a la textura del papel y al objeto como experiencia estética. La edición no es solo un soporte, sino parte del mensaje artístico que busca transmitir.
"Vino", el libro que aún espera ver la luz
Entre los proyectos que tiene "en la puerta del horno", Vino ocupa un lugar especial. Es un libro-objeto en gran formato, en el que cada poema está acompañado por una ilustración original realizada en acuarela por Cecilia, una artista que trabajó en sintonía con la sensibilidad del autor. Las imágenes parecen extenderse sobre las páginas como una sombra o una mancha de vino.
La obra recibió una declaración de interés legislativo y fue definida como "un homenaje vinculado a una ancestral bebida, tan universal y tan nuestra", que celebra el paisaje, el terruño y la identidad mendocina.
En palabras del autor, el vino aparece como "despertador de situaciones existenciales" que germinan en sensaciones y observaciones. A pesar de su valor artístico, el libro aún no ha sido publicado por falta de financiamiento. Su delicada factura lo vuelve irreproducible en otros formatos. "Vino nació y se gestó de una manera que lo hace tener un espíritu casi de obra plástica", explicó Armando.