"Pinceladas de amigas para siempre" en el Pascual Lauriente
La muestra cuenta con obras de Elena Lavizzari y su entrañable amiga María del Carmen Martín, fallecida en 2024.
Quedó inaugurada "Pinceladas de amigas por siempre", una exhibición de pinturas de las artistas Elena Lavizzari y María del Carmen Martín. La muestra representa un homenaje a esta última, fallecida en 2024.
El emotivo evento contó con la actuación del ballet folclórico Aoni-Ken, dirigido por el profesor Alejandro Ortiz y del que Lavizzari es integrante.
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La muestra estará abierta al público hasta el 10 de noviembre y podrá visitarse de lunes a viernes, de 9 a 18h, en Bandera de Los Andes 8956 de Rodeo de la Cruz, con entrada gratuita.
Celebrar el legado
Elena Lavizzari presenta esta exposición con obras propias y de su querida amiga Maricarmen Martín, para celebrar su legado artístico y una amistad que perduró a lo largo de los años, uniendo sus caminos en el arte y más allá de él.
"Es un honor hacer esta muestra con cuadros que pintó mi amiga y hermana Maricarmen, nos conocíamos desde hace muchos años y nos juntábamos a pintar. Esperamos que estas obras nos inspiren a apreciar la belleza del mundo que nos rodea y nos recuerden la importancia de seguir nuestros sueños y pasiones", expresó Elena.
Acerca de las artistas
Lavizzari es una apasionada del arte y la pintura desde su infancia. Encuentra en los colores, las formas y las texturas una manera de expresar emociones y compartir con el espectador el placer que siente al crear, especialmente al retratar paisajes que invitan a ser parte de ellos.
Vecina de toda la vida de Rodeo de la Cruz, Elena se define como autodidacta, guiada por sus vivencias y sentimientos, que transforman cada experiencia en una fuente de creatividad para sus pinturas.
María del Carmen, conocida como "Maricarmen" fue una artista autodidacta que, a lo largo de los años, estudió y perfeccionó su técnica, logrando reflejar en sus obras la esencia misma de la realidad.
Su técnica predilecta era el óleo. Le apasionaba pintar caballos, rostros, manos, arrugas y paisajes mendocinos, alcanzando un notable nivel de realismo. En cada una de sus pinturas se perciben la pasión, sensibilidad y dedicación con las que daba vida a cada detalle.