El sábado 5 de julio a las 21:30 h, en el Teatro Municipal Julio Quintanilla (Plaza Independencia, Ciudad de Mendoza), llega una obra esperada con su función despedida: "AUGUSTO. La marca en la frente", un melodrama potente y conmovedor, escrito, dirigido y protagonizado por Walter Herrera, con Diego Portabella en el rol protagónico. Las entradas ya están disponibles en EntradaWeb y en la boletería del teatro.

Augusto es un sacerdote católico con formación en arqueología, que viaja a Roma para sumarse a excavaciones en la Basílica de San Pablo Extramuros. Allí es hospedado por Gabriel, un artista erótico performático, también argentino, exiliado por su familia ultraconservadora, para ocultar su homosexualidad.

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Este peculiar encuentro, cargado de tensión sexual, traerá revelaciones sorprendentes de un pasado que dejo marcas imborrables y un presente que intentará buscar revancha.

Un vínculo que arde en cada escena

El director y dramaturgo Walter Herrera, quien además interpreta el personaje de Gabriel, logra crear un diseño integral pensado hasta el más mínimo detalle, la obra construye un universo simbólico, provocador y visceral. Desde la puesta escénica hasta la actuación, todo está al servicio de una historia que interpela al espectador desde los márgenes: fe versus deseo, religión versus libertad, familia versus identidad.

"Pese a que es un melodrama, hay momentos de humor que descontracturan y que el público agradece profundamente. Me sorprendieron risas en lugares inesperados. Eso habla de lo perceptivo e inteligente que es el público", destaca Portabella, quien encarna a Augusto.

"AUGUSTO. La marca en la frente" no busca respuestas fáciles. Invita a mirar de frente lo que incomoda: las heridas que no se ven, las reglas que nos quebraron, el deseo que sobrevive a toda represión.

La función despedida será el próximo sábado 5 de julio a las 21:30 h en el Teatro Quintanilla, las entradas se encuentran disponibles en EntradaWeb y en la boletería del teatro y tienen un valor de $10000, es importante aclarar que la obra es prohibida para menores de 18 años. Una última oportunidad para vivir esta historia intensa, provocadora y profundamente humana, que ha dejado huella en cada espectador.

"Esta es mi obra más autobiográfica. Cada función es una catarsis, un intento de exorcizar los fantasmas del pasado. Algo cambia en mí cada vez, aunque no sabría decir qué... ese cambio queda en lo profundo del inconsciente", confiesa Walter Herrera, autor de la obra.