Liga de las Naciones de la UEFA

España y Portugal, un duelo final que puede ir a más

Para que no haya confusión, enseguida llegó el consenso en el contexto de la final de la Liga de las Naciones de la UEFA que este domingo a las 21 (16 de la Argentina) en el estadio Allianz Arena de esta ciudad, van a disputar España y Portugal y la prensa de los dos países y los integrantes de los planteles coincidieron en afirmar que "el fútbol ibérico" es el que sale ganando, en cualquier caso.

SERGIO LEVINSKY
SERGIO LEVINSKY

Para Roberto Martínez, el entrenador español de la selección portuguesa, no hay dudas. Sostiene que España es, hoy, la mejor del mundo, pero que aún así, "no hay ningún equipo perfecto, pero tenemos que hacer un partido extraordinario para ganar y no haremos nada de lo que hasta ahora no hicimos, confío en los dos años y medio que llevamos de trabajo".

Los dos equipos se tiraron flores y a la larga, aceptaron que están en un muy buen momento en su relación institucional y en sus coincidencias futbolísticas. Incluso, junto a Marruecos serán los anfitriones del Mundial 2030 por lo que están muy consustanciados.

En cuanto a lo futbolístico, ambos llegan en un muy buen momento, aunque dentro de ese contexto, España aparece como casi imbatible y lo reconoció Cristiano Ronaldo, quien señaló que "siempre ellos fueron muy duros y ahora tienen una gran generación joven con Pedri, Nico Williams o el niño (en referencia a Lamine Yamal), al que hay que dejarlo tranquilo".

España y Portugal, un duelo final que puede ir a más

Lo cierto es que España llega en un momento soberbio de resultados, juego y por lo tanto, absoluta confianza en su juego. Desde 2004, cuando asumió la dirección técnica Luis Aragonés (ya fallecido), el equipo español mantuvo una línea estética, de posesión de pelota y de posición que fue generando cada vez más dominio de la escena y como alguna vez por aquellos años le dijo César Luis Menotti a este cronista, "España debe decidir si quiere ser toro o torero, si quiere seguir siendo "la furia" o si va a apostar por jugar" y parece que le hicieron caso.

Hoy España tiene una estética y un estilo reconocible, al que le fue puliendo detalles. Si para 2010, cuando ganó su único Mundial con la base del Barcelona (que aportó ocho futbolistas), el fuerte estaba en el mediocampo, con algunas estrellas como Xavi Hernández, Xabi Alonso, Cesc Fábregas, Andrés Iniesta, David Silva, ahora cuenta con otro esquema con excelentes jugadores (Luis Enrique, entrenador del PSG, dijo que se arrepentía de no haber convocado a su jugador Fabián Ruiz para el Mundial de Rusia 2018, sumado a Pedri, Mikel Merino o Zubimendi y aún falta nada menos que Rodri, el Balón de oro, ya casi recuperado de diez meses de ausencia, pero cuenta también con dos de los mejores extremos del mundo, como Lamine Yamal y Nico Williams, que le permite variar su juego y como dice su director técnico rival de mañana, sabe cuándo acelerar, cuándo ralentizar y maneja todas las variantes.

España y Portugal, un duelo final que puede ir a más

No es casualidad que, en estos últimos tiempos, España haya sido campeón de la Liga de las Naciones en 2023, de la Eurocopa en 2024 (venciendo a Italia, Francia, Alemania e Inglaterra y en tierras alemanas), de los Juegos Olímpicos de París (venciendo en la final a los locales) y ahora sea finalista, otra vez, de la Liga de las Naciones, en busca de su segundo título en cuatro ediciones. Es un equipo que se acostumbró a ganar y en cualquier campo. Nada parece inhibirlo y juega seguro de sí mismo y del sistema, dirigido por maestría por Luis de la Fuente, una especie de Lionel Scaloni ibérico (de hecho, son amigos y el español fue profesor del argentino en la escuela de formación).

Pero Portugal también le va en zaga y es, al mismo tiempo, otro equipo fuerte en convicciones, en juego y en carácter. Si a los 40 años Cristiano Ronaldo es uno de los pocos sobrevivientes de aquella Eurocopa ganada en Francia en 2016, los lusos fueron los primeros ganadores de la Liga de las Naciones en la edición de 2019, por lo que también llegan con hambre de éxito.

Por muchos años, Portugal fue dirigida por Fernando Santos, hasta que quedó eliminada por Marruecos en los cuartos de final del pasado Mundial. Cristiano fue enviado al banco, reemplazado por el centrodelantero del PSG, Gonçalo Ramos, y el asunto derivó en un reemplazo de la conducción a partir de ese momento, con la llegada del ex Bélgica Martínez, quien también tiene experiencia en la Premier League.

España y Portugal, un duelo final que puede ir a más

Martínez le imprimió al equipo un juego más estético y con mayor convicción y le dio lugar a los volantes creativos por encima de la condición física y así fueron creciendo jugadores talentosos como Vitinha (una de las grandes figuras del PSG campeón de Europa), Francisco Conceiçao (quien brilló días pasados ante Alemania, aunque sólo haya entrado a media hora del final), Joao Neves, el lateral también del PSG Bruno Mendes, y los que ya venían destacándose como el marcador central Rubén Días, el volante creativo Bernardo Silva (los dos del Manchester City de Pep Guardiola) y el organizador del equipo, Bruno Fernandes (Manchester United).

Los dos dejaron una muy buena imagen en semifinales. Portugal, a primer turno, le dio vuelta el marcador a los locales, Alemania, con la que perdían 1-0, aunque según el DTY Martínez "nunca pensamos que podíamos perder y jugamos bien los noventa minutos, aunque el partido tuvo partes distintas que necesitaron jugadores diferentes, cada uno en lo suyo".

España, que por un momento goleaba nada menos que a otra potencia, Francia, por 5-1 con una descomunal noche del arquero del Athletic de Bilbao, Unai Simón (jugaron hasta seis vascos en el equipo titular), terminó pidiendo la hora y ganando 5-4 ante los galos que tuvieron quince minutos de furia.

En el fondo, España aprovechó casi todas sus ocasiones mientras que Francia no tuvo la misma contundencia y no hizo tanto pie atrás, entre el irregular Maignan en el arco, hasta los dos centrales que no son titulares (Konaté y Lenglet) y que están lejos de los que lo son (Saliba, del Arsenal, y Upamecano, del Bayern Munich). Pero los galos son el otro equipo que en el Mundial 2026 promete estar allí.

En síntesis, nos espera un gran partido final en el Alianz Arena, la misma sede que hace una semana albergó el sorprendente 5-0 del PSG al Inter por la definición de la Champions y una gran certeza: gane quien gane implicará que la Copa se queda en la península ibérica y que desde su primera edición (ésta es la cuarta) nunca quedó en manos que no sean latinas. Habrá demasiados cracks en el campo como para no esperar un gran espectáculo.

Por Sergio Levinsky desde Múnich


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