El peligro de la falta de roce en la Selección
Se acabaron aquellos tiempos en los que este periodista podía desplazarse por Europa para cubrir los clásicos partidos amistosos de las fechas FIFA de los miércoles, aquellos de mitad de semana entre las jornadas de las exigentes ligas más fuertes.
Ahora, para seguir al equipo nacional bicampeón de América y campeón del mundo que dirige Lionel Scaloni, habrá que viajar a otros continentes, especialmente a Asia y a los Estados Unidos, tal como va quedando cada vez más claro en cuanto a lo que resta del calendario hasta que el próximo 11 de junio, en el estadio Azteca del Distrito Federal mexicano, se lleve a cabo el partido inaugural del Mundial 2026.
El equipo nacional, ya clasificado para el Mundial, debe cancelar los dos compromisos oficiales que le restan del torneo sudamericano ante Ecuador, como visitante, y Venezuela como local, y a partir de allí tendrá la posibilidad de disputar cuatro partidos amistosos, dos en octubre y otros dos en noviembre, más los pocos que queden en 2026.
De esos cuatro partidos amistosos de lo que resta de 2025, se conoce ya que los que se vayan a jugar entre el 10 y el 18 de noviembre, tienen una enorme chance de que se dispute, uno de ellos, en Luanda, Angola, ante la selección local, que aún tiene chances matemáticas para clasificarse al Mundial en su grupo D de la Confederación Africana, pero parece una empresa muy complicada toda vez que tiene que ser primera o ingresar entre las mejores cuatro segundas y hoy se encuentra cuarta, con 7 puntos, a cinco de Camerún, segunda, y seis de Cabo Verde, primera, cuando quedan cuatro fechas.
El segundo tiene posibilidades de que se desarrolle en tierras qataríes -de muy buen recuerdo por haberse coronado allí campeona mundial en 2022- ante Estados Unidos, selección que dirige otro argentino, Mauricio Pochettino, y que viene de perder la Copa de Oro de la Concacaf a manos de México.
Precisamente México, dirigida ahora por el experimentado Javier "Vasco" Aguirre y rival de la selección argentina (aunque en aquel momento, con Gerardo "Tata" Martino de entrenador), fue rival de la albiceleste en el pasado Mundial en la fase de grupos y ahora podría ser el primer equipo por enfrentar en octubre, y en los Estados Unidos, luego de que se cayera la gira por dos partidos que la AFA había acordado con una empresa vinculada a China. El segundo partido, siempre en territorio norteamericano, sería Corea del Sur, que cuenta con el gran delantero Heung-min Son), quien acaba de salir del Tottenham Hotspur luego de una década, para recalar en el Los Ángeles Fútbol Club de la MLS.
Lo claro es que, salvo el muy probable partido (sin sede aún ni fecha concreta aunque lo más factible sea entre el 23 y el 30 de marzo) ante España, campeona de la Eurocopa, por la llamada "Finalissima" en su segunda edición (la anterior la ganó el equipo argentino a Italia en Londres en 2022), la selección nacional estará el ciclo entero entre mundiales sin haber enfrentado a conjuntos europeos y en caso de hacerlo ante España, será por un compromiso oficial.
Esta situación de no enfrentar a potencias europeas no es nueva. De hecho, ya ocurrió para el Mundial pasado, que el equipo argentino terminó ganando, pero que generó dudas acerca de si la falta de roce con esos equipos dejaba una sensación falsa de triunfalismo. Tal como ahora, el único rival del Viejo Continente provino del compromiso oficial por la "Finalissima" pero por lo demás, abundaron partidos ante selecciones asiáticas o centroamericanas, agotadas las posibilidades de jugar ante sudamericanos, entre la Copa América y las largas etapas de clasificación mundialista, igual que en el presente.
No es casual que haya aparecido la voz de Emiliano "Dibu" Martínez para reclamar enfrentamientos ante europeos como España e Inglaterra (citados por él mismo), aunque luego moderara su discurso afirmando que "nosotros, de todos modos, ponemos el mismo entusiasmo y jugamos siempre igual", pero estas declaraciones muestran a las claras que los propios jugadores -ya consagrados- insisten en que el roce internacional ante los mejores es fundamental.
Muchos insisten en lo que ocurrió en el Mundial 2022, cuando sin tanto roce, la selección argentina acabó coronándose en Qatar, pero lo cierto es que aquel equipo que no se podía probar ante potencias de primer nivel, cayó derrotado en el debut ante Arabia Saudita en Lusail y eso obligó a Scaloni a severos cambios ante México, cuando arrancó otra dinámica, es decir que no es que aquel equipo que habitualmente disputaba amistosos ante selecciones de segundo nivel, fue el que, íntegramente, fue campeón, sino que las consdecuencias de aquella falta de roce aparecieron en el debut.
En este ciclo post-Mundial de 2022, la selección argentina disputó, además de la exigente Copa América y de la clasificación mundialista, ocho amistosos en los que venció a Panamá (2-0), Curaçao (7-0), Australia (2-0), Indonesia (2-0), El Salvador (3-0), Costa Rica (3-1), Ecuador (1-0) y Guatemala (4-1).
Esto significa que, en el camino hacia el Mundial 2026, habrá jugado ante sudamericanos, centroamericanos, asiáticos y africanos, y sólo ante España en cuanto a europeos.
Es cierto que parte de la realidad no tiene relación solamente con las decisiones de la AFA sino con el creciente aislamiento europeo para no tener que pagar el precio de lo que en el Viejo Continente se suele denominar como "Virus FIFA", un sistema por el que los jugadores de los equipos más fuertes son cedidos a sus selecciones nacionales, viajan por miles de kilómetros por el mundo para amistosos, a veces se lesionan o vuelven cansados, y entonces al regresar pierden de jugar partidos oficiales.
De esta forma, la UEFA fue ideando un sistema para ocupar el calendario de las llamadas "fechas FIFA", correspondientes a partidos de selecciones nacionales, con compromisos oficiales como la nueva Liga de las Naciones, que se disputa cada dos años, pero si sumamos este torneo a la Eurocopa y al Mundial, que generan partidos de clasificación, es muy complicado que las selecciones europeas tengan espacio para amistoso.
Pero también es cierto que Brasil, Uruguay o Colombia, igual que en el ciclo `pasado para el Mundial 2022, encontraron algún resquicio paran disputar amistosos ante europeos y tener otro roce, con mayor o menor resultado final.
Si no fuera necesario, como algunos creen, los jugadores argentinos no reclamarían esta clase de partidos y se conformarían con los otros, los que sirven más para hacer caja.
Por Sergio Levinsky, desde Madrid
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