Facundo Jones Huala, el controvertido referente de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), fue nuevamente encarcelado. Esta vez, no por una acción directa, sino por sus palabras. La Justicia Federal aceptó el pedido de la fiscalía para mantenerlo en prisión preventiva por 90 días, mientras se desarrolla una investigación de 180 días por delitos que abarcan desde apología del crimen hasta intimidación pública y asociación ilícita agravada.

La decisión se tomó en una audiencia virtual, donde los fiscales Ángela Pagano Mata y Fernando Arrigo formalizaron la imputación contra el activista de 38 años, quien será trasladado a la unidad penitenciaria federal de Rawson en las próximas horas. Su captura ocurrió el pasado domingo por la noche en El Bolsón, cuando descendía de un colectivo procedente de Bariloche. Sin embargo, la legalidad de esa detención está en el centro del debate.

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Según reveló su abogado defensor, Gustavo Franquet, la detención ocurrió sin orden judicial previa. "Planteamos al juez que fue una detención ilegal. No hubo orden, y nos enteramos por los medios de comunicación antes que por la vía judicial", denunció. No obstante, el juez subrogante de Bariloche, Ezequiel Andreani, convalidó el procedimiento y aseguró que se ajustó a derecho.

Palabras bajo fuego

La acusación más resonante contra Jones Huala no proviene de una acción concreta, sino de sus declaraciones públicas. En febrero pasado, durante la presentación de su libro "Entre Rejas, Antipoesía Incendiaria", expresó ante un auditorio su apoyo a atentados incendiarios y sabotajes como formas de lucha contra "el sistema capitalista, las transnacionales y los terratenientes". Un video de ese acto, difundido en redes sociales, fue el desencadenante.

Tanto el Ministerio de Seguridad de la Nación como el gobierno de Chubut lo denunciaron por incitación a la violencia, apología del crimen, intimidación pública y pertenencia a una organización criminal. En base a esas declaraciones, Andreani autorizó la investigación por posible violación al artículo 213 bis del Código Penal, que sanciona con entre 3 y 8 años de prisión a quienes integren grupos que buscan imponer ideas por medio de la fuerza o el miedo.

Pero los fiscales fueron más allá: también lo acusan de violar el artículo 210 (asociación ilícita) y el artículo 210 bis (organización criminal que ponga en riesgo el orden constitucional), con penas de hasta 20 años de prisión

Un caso con ecos del pasado

La historia judicial de Jones Huala es extensa. Durante años estuvo detenido en la Unidad 14 de Esquel hasta que fue extraditado a Chile, donde fue condenado por un atentado incendiario contra una propiedad privada. Su regreso al sistema penitenciario argentino, ahora en Rawson, reaviva un debate no sólo político, sino jurídico y social.

Su madre, Isabel Huala, fue tajante en sus declaraciones: "Lo metieron preso por hablar, por decir y hacer poemas. Desde que sacó ese libro, lo acusan de terrorismo por decir lo que piensa. ¿Desde cuándo una opinión es un delito?".

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, no tardó en capitalizar la noticia. Minutos antes de que la justicia resolviera el pedido de detención, ya lo anunciaba con bombos y platillos en sus redes sociales: "Nueva detención del líder mapuche", celebró.