Entrevista

"Hablar de salud mental es también hablar de derechos humanos"

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), conversamos con el Dr. Federico Di Cesare, médico psiquiatra especialista en adicciones, Director de Clínica Di Cesare, sobre los desafíos actuales en torno a la salud mental, el impacto social y económico, y la importancia de construir una cultura del cuidado emocional.

Jorge Marquez

 1. En el Día Mundial de la Salud Mental se pone énfasis en la salud mental como un derecho universal. ¿Qué significa esto en términos concretos?

Que debemos reconocer que todas las personas, independientemente de su situación económica, social o geográfica, tienen derecho a recibir atención en salud mental digna, accesible y de calidad. Esto incluye la posibilidad de acceder a tratamientos oportunos, integrales, basados en evidencia, pero también a vivir en entornos que promuevan el bienestar emocional. La salud mental no puede seguir siendo un privilegio; debe ser una política pública transversal.

2. ¿Qué situaciones cotidianas suelen afectar más la salud mental de las personas? ¿Qué señales de alerta suelen pasar desapercibidas en el día a día?

Muchas veces no hace falta atravesar una crisis para que la salud mental se vea afectada. El estrés sostenido, la sobrecarga laboral, la soledad, la vulnerabilidad social, el aislamiento o la falta de descanso adecuado pueden ir deteriorando poco a poco el estado emocional. Las señales de alerta suelen ser sutiles al principio: cambios en el sueño o el apetito, irritabilidad, pérdida de interés en actividades cotidianas, cansancio constante o dificultad para concentrarse.

Lo importante es no minimizar estos signos. La salud mental no se rompe de un día para el otro, se desgasta. Por eso es clave escuchar al cuerpo, a las emociones, y no normalizar el malestar prolongado.

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3. ¿Cómo afectan los problemas económicos o la incertidumbre social a la salud emocional de las familias?

La salud mental no puede separarse del contexto. Cuando una familia vive bajo presión económica constante, con ingresos insuficientes, falta de empleo o viviendas precarias, eso genera un nivel de estrés crónico que impacta directamente en la salud emocional. La incertidumbre social -como no saber si se podrá mantener el trabajo, acceder a educación o servicios de salud- también deteriora el bienestar psicológico.

Además, en esos contextos, las redes de contención suelen debilitarse: hay menos tiempo para el cuidado, más conflictos intrafamiliares, y más exposición a factores de riesgo como violencia o consumo problemático. Por eso decimos que la salud mental no es solo un tema clínico, sino también político y social. Mejorar las condiciones de vida de las personas es, en sí mismo, una forma de prevención en salud.

4. En la vida cotidiana, ¿qué pequeños hábitos pueden marcar una diferencia positiva en el bienestar mental?

A veces se piensa que cuidar la salud mental requiere grandes cambios, pero no siempre es así. Cosas simples como dormir bien, comer de forma regular, mantener algún tipo de actividad física, establecer rutinas, tener momentos de ocio, conectar con otros, y sobre todo, permitirse sentir -aunque sea tristeza o enojo- son pasos fundamentales. También ayuda mucho aprender a decir que no, poner límites sanos, y pedir ayuda cuando algo nos desborda. La salud mental se construye todos los días, en lo cotidiano.

5. ¿Cómo puede alguien empezar a hablar de lo que siente si en su entorno todavía existen prejuicios o tabúes?

Es una situación muy común y muy dolorosa. Muchas personas sufren en silencio por miedo al rechazo, al juicio o a "parecer débiles", o "locos". Mi consejo siempre es: empezar por alguien de confianza, alguien que escuche sin juzgar. No tiene que ser necesariamente un profesional de la salud, puede ser un amigo, un familiar, un docente, alguien del trabajo.

Y si no hay nadie en el entorno, hoy existen líneas de ayuda y espacios comunitarios donde se puede hablar de forma confidencial. Hablar es el primer paso para no sentirse solo. Y también es una forma de romper el tabú. Cada vez que alguien se anima a contar lo que le pasa, abre una puerta para que otros también lo hagan.

6. ¿Qué mensaje le daría a la sociedad en este 10 de octubre?

Que hablar de salud mental es una necesidad y también una responsabilidad colectiva. Como sociedad, debemos dejar de mirar para otro lado, derribar mitos, escuchar sin juzgar, y exigir políticas que garanticen el derecho a cuidar y ser cuidados. La salud mental es un derecho, no un privilegio.

Gentileza: Denise Peña

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