Entrevista en Radio Jornada

Un especialista local advirtió que la salida del Consejo de DD.HH. es un retroceso político para Argentina

Lucas Lecour, abogado de Derechos Humanos, analizó las consecuencias de la decisión oficial de no postular a Argentina para integrar el consejo de ONU

Redacción

El gobierno nacional resolvió no presentar la candidatura de Argentina para continuar integrando el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La decisión generó preocupación en organismos internacionales, como Amnistía Internacional, que advirtieron sobre la pérdida de un espacio clave en la defensa de los derechos fundamentales. 

En diálogo con Radio Jornada 91.9, el abogado Lucas Lecour, especialista en la temática, evaluó el alcance de esta medida y su impacto en la política exterior argentina.

Una decisión política que reduce la influencia del país

Lecour explicó que la medida se enmarca en la estrategia del presidente Javier Milei de apartarse de los organismos multilaterales. Según señaló, esta postura ya se había evidenciado con la Organización Mundial de la Salud y ahora se repite con el Consejo de Derechos Humanos

"Esto no modifica las obligaciones internacionales de Argentina en materia de derechos humanos, porque esos compromisos forman parte de tratados incorporados a la Constitución Nacional, pero sí afecta la influencia que el país ejercía en la fijación de políticas globales", indicó.

El abogado recordó que la Argentina fue uno de los estados fundadores del Consejo, que llegó incluso a presidirlo en 2021. Desde entonces, el país supo ser un actor relevante en la elaboración de recomendaciones y en la definición de políticas públicas internacionales en materia de derechos humanos. Al no presentarse, señaló Lecour, se resigna un lugar de decisión propio y no se trata de una exclusión impuesta por otros estados, sino de una renuncia voluntaria.

Retroceso en una política de Estado histórica

Para Lecour, el retiro de Argentina del Consejo de la ONU de Derechos Humanos implica un retroceso en uno de los aspectos centrales de la identidad argentina: haber sido referente mundial en la defensa de los derechos humanos desde la vuelta de la democracia. El juicio a las juntas militares y la política de memoria, verdad y justicia constituyeron, a su entender, la principal bandera del país en el plano internacional. "La Argentina pasa de ser un país de vanguardia a renunciar a un papel histórico que supo construir", evaluó.

En este sentido, consideró que la decisión "es lamentable para los argentinos" porque pone en cuestión una política que todos los gobiernos, con matices, sostuvieron desde 1983. La ausencia en el Consejo de Derechos Humanos no altera la vida cotidiana de los ciudadanos, aclaró, pero sí proyecta un mensaje internacional de menor compromiso con los estándares democráticos y con la protección de las minorías y sectores vulnerables.

Consecuencias internacionales y económicas

El especialista advirtió que esta postura podría tener efectos negativos en la imagen del país hacia el exterior. Según explicó, la credibilidad de la Argentina puede verse afectada tanto en el plano político como en el financiero. "Muchos organismos internacionales de crédito condicionan los préstamos al cumplimiento de tratados de derechos humanos. Apartarse de estos espacios genera desconfianza y resta credibilidad", señaló.

En esa línea, destacó que el acceso a financiamiento internacional no depende únicamente del Fondo Monetario Internacional, sino también de bancos multilaterales como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, que observan con atención el respeto a los compromisos internacionales. "Cerrarnos puertas en esos organismos significa menos alternativas de crédito y menos oportunidades de conseguir mejores condiciones de financiamiento", agregó.

Un giro ideológico con riesgo de autoritarismo

Lecour enmarcó la decisión dentro de una visión ideológica del presidente Javier Milei y su gestión que pretende debilitar el sistema multilateral. A su criterio, tanto la Argentina como Estados Unidos y otros países de derecha radical buscan regresar a una concepción de soberanía absoluta, donde cada Estado actúe sin controles externos. "Eso abre la puerta a que los más fuertes impongan su ley sobre los más débiles y a que resurjan violaciones graves de derechos humanos", advirtió.

Por último, sostuvo que abandonar el Consejo de Derechos Humanos "es renunciar a una política de Estado clara" y que esa señal coloca a la Argentina más cerca de modelos autoritarios que de democracias consolidadas. "El país pierde prestigio y deja atrás una bandera que nos distinguía en el mundo. Es un retroceso lamentable que puede tener consecuencias en el futuro de nuestra democracia", concluyó.

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