Entrevista en Radio Jornada

Representante de kiosqueros aseguró que sin una ley de proximidad, los kioscos no van a sobrevivir

El vicepresidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina advirtió que el mayor peligros son las cadenas y la competencia desleal

Redacción

La baja en el consumo, la proliferación de cadenas y la venta de productos típicos de kioscos en otros rubros amenazan la supervivencia del negocio más emblemático de los barrios argentinos. Para Ernesto Acuña, vicepresidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), sin medidas regulatorias la tendencia a la desaparición se profundizará.

En diálogo con Radio Jornada 91.9, Acuña sostuvo que la situación no se revertirá si no se legisla para limitar la instalación de nuevos kioscos a menos de 100 metros de otro y se controla la venta de golosinas, cigarrillos y bebidas en farmacias, verdulerías y otros comercios no habilitados.

Competencia por todos lados

Para el referente de UKRA, el kiosco perdió exclusividad sobre sus productos: "Hoy comprás golosinas en una farmacia, cigarrillos en un supermercado chino o bebidas en una verdulería. Incluso hay corralones de materiales con kiosco en la caja". Además, denunció que muchos de esos puntos de venta no cuentan con habilitación para comercializar bebidas o tabaco.

Para Acuña, las grandes cadenas han comenzado a desplazar a los pequeños negocios de barrio.

El impacto desigual según la zona

Acuña explicó que la caída en las ventas varía según el poder adquisitivo de los barrios.

 "En zonas como Recoleta o Belgrano la baja es menor. Pero en barrios de clase media, como Caballito o Flores, vendemos un 30% o 40% menos que hace dos años. En el conurbano y en muchas ciudades del interior, directamente no se vende nada", afirmó.

Reinventarse para resistir

El dirigente aseguró que los kiosqueros intentan adaptarse sumando rubros como librería, fotocopias, cafetería o gastronomía rápida.

 Sin embargo, advirtió que la presión de las cadenas y la caída del consumo hacen que esa reinvención no siempre alcance. "El kiosco argentino no existe en ninguna otra parte del mundo, salvo en algunas ciudades de Uruguay. Es parte de la identidad barrial y no queremos que le pase lo que a los almacenes en los ‘90", advirtió.

Un negocio que requiere inversión

Según el representante de la Unión de Kiosqueros, se necesita una ley de proximidad para salvar a los kioscos 

Según Acuña, abrir un kiosco bien surtido en una ciudad grande demanda entre 20.000 y 30.000 dólares. 

"Además hay que invertir permanentemente. Muchos servicios, como la carga de SUBE, no dejan margen de ganancia y requieren inmovilizar dinero propio, por eso la mayoría de los kioscos dejaron de hacerlo", señaló.

El reclamo central: una ley de proximidad

UKRA pide que las legislaturas locales sancionen una norma que impida abrir un kiosco a menos de 100 metros de otro y que garantice la venta exclusiva de determinados productos en este tipo de comercios. 

"Si vendías 100 y te ponen dos kioscos en la misma cuadra, pasás a vender 33. Así es imposible competir", concluyó.

Esta nota habla de: