Russell M. Nelson

Murió el presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El cardiocirujano Russell M. Nelson falleció a la edad de 101 años. Su familia y los líderes lo recuerdan como un "médico amado".

Luis Martínez

Russell M. Nelson, Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, falleció en su hogar en Salt Lake City. Tenía 101 años - el presidente de mayor edad en la historia de la Iglesia.

Nelson fue llamado como Apóstol el 7 de abril de 1984. Se convirtió en el líder de la Iglesia el 14 de enero de 2018. Desde la Iglesia señalaron que su tiempo como profeta siempre será recordado como uno de ministerio mundial (visitó 32 países y territorios de los Estados Unidos), así como de incremento en la construcción de templos (anunció 200 templos nuevos) y de un cambio profundo. A partir de la Conferencia General de abril de 2018, en la que fue sostenido como el Apóstol de mayor antigüedad.

Agregaron que antes de servir a tiempo completo en la Iglesia, Nelson fue un cardiocirujano admirado y respetado en todo el mundo. En 1955, él realizó la primera cirugía a corazón abierto en Utah. Sirvió como presidente de la Sociedad de Cirugía Vascular, director de la Mesa Estadounidense de Cirugía Torácica, presidente del Consejo sobre Cirugía Cardiovascular de la Asociación Estadounidense del Corazón y presidente de la Asociación Médica del Estado de Utah. Escribió numerosos capítulos en libros de texto médicos y otras publicaciones. Dio conferencias y visitó profesionalmente muchas organizaciones en los Estados Unidos y otras naciones. Además, estaba familiarizado con 11 idiomas.

A Nelson le sobreviven su esposa, Wendy, ocho de sus diez hijos, 57 nietos y más de 167 bisnietos.

Como médico, Nelson fue quizás más conocido por su papel en el desarrollo de una máquina artificial cardiopulmonar lo suficientemente pequeña como para usarla en un quirófano. Ese logro, hecho posible gracias al incalculable apoyo y aliento de su primera esposa, Dantzel, fue algo que realzó su aprecio por el don de la vida. "Creo que un cirujano está en una posición singular para comprender una de las creaciones más maravillosas de Dios: el cuerpo humano", dijo. "Cada segmento del cuerpo motiva mi fe".

Esta nota habla de: