ARGENTINA

Menos nacimientos, más adultos mayores: un estudio afirmó que el escenario argentino es preocupante

Un estudio de la Universidad Austral muestra que la tasa de nacimientos en Argentina cayó un 40% entre 2014 y 2022. La combinación entre crisis económica, falta de incentivos y cambios sociales pone en riesgo la sostenibilidad de los sistemas previsional y de cuidados.

En Argentina, la natalidad se desplomó un 40% en menos de una década, un dato que prende señales de alerta en distintos sectores. Así lo indica un estudio del Observatorio de Desarrollo Humano y Vulnerabilidad de la Universidad Austral, que señala que esta baja tiene implicancias profundas a nivel social, económico y poblacional.

Aunque las causas de este fenómeno son variadas, expertos coinciden en que ocurre en un contexto complejo, marcado por la incertidumbre económica, el envejecimiento de la sociedad y un mercado laboral que no ofrece condiciones estables para proyectar una familia.

El informe, titulado "Estructuras familiares y cambios sociales. Una mirada de la realidad argentina", destaca que la caída en los nacimientos fue más fuerte entre 2014 y 2022, sobre todo en las grandes ciudades y entre personas con mayor nivel educativo y mejores ingresos. El dato preocupa no solo por la disminución en sí, sino por el impacto que podría tener en los próximos años sobre el sistema de jubilaciones, la salud pública y el cuidado de adultos mayores.

El economista Martín Kalos, de la consultora Epyca, explicó que el país está dejando pasar un momento clave de su historia demográfica: el llamado "bono demográfico", es decir, la etapa en la que la población activa supera a la dependiente. "Estamos en una década en la que el producto per cápita está bajando, justo cuando hay más personas en edad de trabajar. Eso es una oportunidad desperdiciada", remarcó. Además, señaló que la falta de mejores ingresos y el empobrecimiento familiar afectan directamente las decisiones de tener hijos.

A esto se suma otro fenómeno preocupante: la sociedad argentina está envejeciendo. Entre 2010 y 2022, la proporción de personas mayores de 65 años pasó del 15% al 18%, mientras que la cantidad de niños y niñas menores de 14 años cayó del 39% al 33%. Esta transformación en la estructura etaria afecta el equilibrio del sistema previsional.

Kalos fue claro al señalar que "la baja natalidad tiene una contracara inevitable: hay más personas jubiladas y menos trabajadores para sostener el sistema". Y agregó que esto se vuelve aún más grave debido a la alta informalidad laboral, que limita los aportes previsionales.

Por su parte, la economista Candelaria Botto sostuvo que el país vive una inversión del triángulo demográfico, con más adultos mayores que jóvenes. Esto, explicó, obliga a pensar nuevas estrategias para sostener el sistema jubilatorio, como la propuesta del gobierno de extender la edad de retiro. También aclaró que la baja en los nacimientos es una tendencia mundial, asociada a mejoras en salud, acceso a la educación y mayor participación femenina en el empleo formal.

Sin embargo, el presidente Javier Milei ofreció otra mirada. En un encuentro empresarial, dijo que la caída de la natalidad se relaciona con la legalización del aborto aprobada en 2020, y habló de una supuesta campaña contra "la familia y las dos vidas". Incluso, llegó a calificar los abortos como "asesinatos en el vientre".

Estas afirmaciones fueron rebatidas por especialistas como María de las Nieves Puglia, socióloga y directora del área de género de Fundar, quien aseguró que la tendencia descendente de los nacimientos empezó mucho antes, en 2014. Según Puglia, este proceso responde a transformaciones sociales profundas. Además, destacó que la legalización no provocó un aumento en los abortos, sino que garantizó condiciones seguras para quienes decidieran interrumpir un embarazo.

Botto coincidió y remarcó que no hay evidencia que sostenga la hipótesis presidencial. Afirmó que los abortos no se incrementaron, sino que dejaron de realizarse de manera clandestina. Para ambas especialistas, el eje del problema está en otro lado.

Uno de los puntos centrales que ambas remarcaron es la desigualdad en las tareas de cuidado. Puglia explicó que las mujeres cargan con una doble o triple jornada, al sumar el trabajo remunerado con las responsabilidades del hogar y del cuidado de otros. Esta situación, dijo, se vuelve aún más difícil para las mujeres de entre 30 y 50 años, que muchas veces deben atender tanto a sus hijos como a sus padres, lo que ha sido definido como el fenómeno de "mujeres sándwich".

Además, la falta de espacios de cuidado públicos -como jardines maternales, escuelas con jornada completa o clubes barriales- limita las posibilidades de combinar maternidad y carrera profesional. "Sin políticas que repartan esas tareas, no hay forma de sostener una vida familiar en la actualidad", advirtió Puglia.

Botto sumó que el Estado podría jugar un rol clave con licencias más justas, espacios de cuidado en los lugares de trabajo y políticas de apoyo que acompañen a las familias. Sin esas condiciones, explicó, la decisión de tener hijos se vuelve cada vez más difícil.

Los expertos coinciden en que el país necesita un enfoque integral, que combine incentivos y mejoras estructurales, si quiere revertir esta tendencia. Si bien la baja natalidad ocurre en muchos países, en Argentina se vuelve más crítica por la situación económica, la desigualdad y la falta de planificación estatal.

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