Este miércoles se conocieron los resultados de las Pruebas Aprender, que se realizaron el octubre del 2024 y tuvieron como finalidad mostrar el nivel de conocimiento de Lengua y Matemática con el que los alumnos de 5º y 6º año de las escuelas secundarias de todo el país egresan del sistema educativo obligatorio. 

El resultado fue bajísimo, pero sobre todo para Matemática, ya que más del 54% de los estudiantes salen sin los conocimientos básicos en esta materia. 

Para explicar cómo esta situación repercute en la Universidad, Radio Jornada (91.9) dialogó con Sebastián Egea, docente del curso de ingreso de Ciencias Económicas de la UNCuyo. 

Egea le agregó nuevas cifras a la problemática: contó que de los 1.500 estudiantes que rinden la evaluación diagnóstica, solo el 31% la aprueba. Pero la preocupación es mayor si se tiene en cuenta que, del 69% que no aprueba, el  87% de ellos obtiene menos de 40 puntos sobre 100, aún tratándose de ejercicios simples, manifestó el profesor. 

Los alumnos no cuentan ni con los conocimientos más básicos

Lo que describió el docente es casi insalvable cuando un chico está terminando su educación obligatoria. "Tenemos alumnos que llegan al curso de ingreso sin saber qué es una función. Y hablamos de contenidos de cuarto año del secundario", señaló Egea.

 Aunque la problemática se vuelve evidente al inicio del trayecto universitario, El profesor no apuntó contra el sistema de ingreso en sí mismo, ni contra el perfil de los estudiantes. El foco está puesto en las condiciones de egreso del nivel medio. "Estamos viendo cohortes que no logran adquirir las competencias matemáticas mínimas. No se trata de que no puedan aprender, sino de que no se les está enseñando lo necesario. No podemos hacer de cuenta que no pasa nada", subrayó. 

Un problema estructural que impacta en la educación superior

La experiencia de Egea se enmarca en el Instituto de Ciencias Económicas, pero sus observaciones se repiten en otras unidades académicas. La dificultad con los contenidos básicos de matemática, como funciones, álgebra o comprensión de consignas, se transforma en una barrera para cualquier carrera universitaria, incluso aquellas donde la matemática no es el eje central. 

"La educación secundaria está dejando agujeros muy grandes. Y lo preocupante es que lo empezamos a asumir como normal. A veces terminamos diseñando ingresos o trayectos nivelatorios que suplen una formación que debería haberse dado antes. Y esto atrasa, desalienta y genera frustración en los chicos", afirmó. 

El desafío de enseñar sin bajar la vara

 Para el docente, la solución no pasa por bajar el nivel universitario para adaptarse a la crisis educativa del nivel medio. "Hay que acompañar, claro. Pero no podemos resignarnos a que matemática sea una materia de elite. Si el problema está en la base, hay que ir a la base. Esto requiere una discusión profunda sobre cómo se enseña y se evalúa en el secundario, sobre cómo formamos a los docentes y también sobre la desigualdad entre escuelas". 

Egea destacó que mucho alumnos tienen voluntad y capacidad, pero carecen de las herramientas necesarias para afrontar los desafíos académicos. Y dejó una advertencia: "Si no atendemos este problema estructural, no solo van a fracasar más chicos en la universidad, también vamos a seguir profundizando las desigualdades sociales y educativas".