Por Sergio Levinsky, desde Madrid

Lamine Yamal, ¿el genio que viene?

El Fútbol Club Barcelona no está clasificado todavía para la final de la UEFA Champions League y hasta la misma puede peligrar porque sólo empató 3-3 en la ida de la semifinal contra el Inter.

El Fútbol Club Barcelona no está clasificado todavía para la final de la UEFA Champions League y hasta la misma puede peligrar porque sólo empató 3-3 en la ida de la semifinal contra el Inter en el estadio Olímpico de Montjuic y este martes afronta un serio riesgo en la vuelta del Giuseppe Meazza de Milán, cuando deba volver a enfrentar al poderoso Inter, en un clima hostil.

De todos modos, para los azulgranas catalanes esta temporada será inolvidable por varias cosas: porque ya tienen dos títulos (Supercopa de España y Copa del Rey), y pueden llegar a ganar dos más (Liga Española y Champions), porque acertaron con la contratación del entrenador alemán Hans-Dieter Flick, que logró potenciar a todo el plantel, el mismo de antes con el único agregado de Dani Olmo, pero además, porque fue el de la consolidación del joven Lamine Yamal, al que el tiempo pondrá en el lugar adecuado a la hora de las comparaciones.

Del 3-3 de la ida ante el Inter como local se podrían decir muchas cosas acerca del comportamiento defensivo del Barcelona, que antes del primer minuto ya perdía 0-1 contra los italianos y que obligó a una remontada, pero hay un consenso general en el deslumbramiento que causó Lamine Yamal desde el costado derecho del ataque, con movimientos asombrosos con la pelota y transmitiendo una idea poco frecuente en un fútbol de alta competitividad: resulta imparable hasta para los mejores laterales del momento.

Cuesta entender que con sólo 17 años, Lamine haya generado que el entrenador rival, Simone Inzaghi, tuviera que decidir cambiar al lateral izquierdo Federico Di Marco, a los diez minutos del segundo tiempo, para colocar en su lugar al brasileño Carlos Augusto y no sólo eso, sino que luego del partido, el muy buen director técnico afirmó que jugadores como Yamal "salen uno cada cincuenta años" y explicó que tuvo que calmar a su marcador diciéndole, antes de comenzar la primera semifinal, que no se preocupara, que casi seguro que siempre sería gambeteado, pero que por eso iba a reforzar su zona con dos y hasta tres jugadores esperando.

¿Es Lamine Yamal un genio? Todo indica que sí. Cuando para mal o para bien ya se lo compara con Lionel Messi, aparecen los primeros indicios de que estamos refiriéndonos a un jugador muy particular, distinto a los demás, pero que, igual que el rosarino, viene precedido de comentarios desde que jugaba en las primeras categorías juveniles del Fútbol Club Barcelona y de hecho, otro argentino, Javier Saviola, quien lo tuvo en el "Juvenil A" (tercera categoría), como ayudante de campo, llegó a comentarle a quien esto escribe en una entrevista de 2023, que el club tenía entre manos un genio que tenía una proyección sin techo y que por eso, había que cuidarlo mucho.

Acaso la larga amistad entre Saviola y Xavi Hernández, a cargo del primer equipo en 2023, motivó una conversación entre ellos por este chico que en aquel momento tenía quince años y del que el entrenador de la Primera quedó enamorado con su juego, al punto de no devolverlo más a las divisiones inferiores y le fue dando lugar, muy de a poco, en el equipo principal.

Yamal debutó en Primera con 15 años, 9 meses y 16 días, cuando Messi lo hizo a los 17 años, 3 meses y 24 días. Para que tengamos una idea de lo que significa Lamine Yamal, pensemos que, al cumplir cien partidos en Primera, Messi tenía 20 años, 8 meses y 4 días y que, para lo mismo, Lamine tenía 17 años, 9 meses y 17 días, prácticamente tres años menos, pero si nos ceñimos a los rendimientos, aunque el argentino, a esa altura ya tenía 41 goles y Lamine, 22, Messi tenía 15 asistencias y Yamal, 33. Si Messi había tenido incidencia en 46 goles en los cien primeros partidos, Lamine la tuvo en 55 (33 asistencias), es decir que el nuevo extremo del Barcelona tuvo incidencias en, al menos, un gol cada dos partidos.

En cuanto a títulos, a los 17 años Lamine Yamal tiene cuatro, tres locales (Liga, Supercopa de España y Copa del Rey) y uno internacional con la selección española (Eurocopa 2024) y puede encaminarse a tres más en lo que resta de la temporada (Liga Española y Champions League con el Barcelona, y la Liga de las Naciones de la UEFA con la selección española).

Pero eso no es todo: ya recibió prestigiosos premios como el "Kopa", el "Golden Boy", el Laureus como "Revelación Deportiva 2024" y al mejor jugador del mundo sub-20 por la Internacional de Historia y Estadísticas (IFFHS) también en 2024.

Sorprende (o quizá ya no tanto) que, con tan corta edad, Lamine Yamal aparezca con tanta experiencia y se muestre tan seguro con la pelota, siendo capaz de cualquier genialidad con ella, ya sea gambeteando, pasando, amagando, penetrando entre dos defensores hacia adentro o yendo hacia afuera, incluso con alguna "Roulette" al mejor estilo de Zinedine Zidane. Es ya un espectáculo en sí mismo.

Nacido en la localidad de Esplugues de Llobregat el 13 de julio de 2007, hijo de una camarera proveniente de Bata, Guinea Ecuatorial (Sheila Ebana) y de un pintor de edificios de Larache, Marruecos, Mounir Nasraoui, Lamine Yamal lleva los dos nombres de las personas que ayudaron económicamente a sus padres en sus primeros años en Cataluña, cuando todo era muy dificultoso, en su condición de inmigrantes.

Lamine se crió en el barrio de Rocafonda en la localidad de Mataró, a poco menos de una hora de Barcelona -sus goles los festeja con el número 304, las tres últimas cifras del código postal de la zona, el 08304-, y su talento para jugar al fútbol generó que en 2014 entrara a La Masía con sólo siete años, recomendado por los ojeadores Oscar Hernández Romero e Isidre Gil. Se inició en la categoría de Prebenjamines y en el total de sus partidos en las divisiones inferiores llegó a marcar 357 goles en 249 partidos, con el impresionante promedio de 1,43 gol por partido.

Si se sigue la lógica de la irrupción de genios del fútbol, podría afirmarse que Lamine Yamal cumple con los requisitos. Si para nosotros hubo hasta el momento tres en toda la historia (por orden de aparición Pelé, Diego Maradona y Lionel Messi, y acaso un cuarto, Ronaldo Nazario, acotado por las constantes lesiones -aclaramos que Alfredo Di Stéfano y Johan Cruyff fueron, a nuestro entender, jugadores totales, pero no capaces de genialidades con la pelota en sus pies-, estos jugadores totalmente fuera de lo normal emergieron prácticamente cada quince o veinte años.

Si Pelé apareció en 1956, Maradona en 1976, Ronaldo en 1995 y Messi en 2005, que Lamine haya aparecido en 2024 es casi una absoluta progresión, acaso algo acelerada entre Ronaldo y Messi y si no tomáramos como genio al brasileño, algo tardía entre Maradona y el rosarino.

De todos modos, las similitudes, hasta el momento, entre Lamine y Messi son notables. Además de nacer en el mismo club, comenzaron en la misma posición en la cancha (extremo derecho) y así como el argentino fue tendiendo a desplazarse hacia el centro para convertirse en un jugador total, Lamine parece ir por el mismo camino, aunque el futuro dirá.

Un genio, además de su creatividad y su destreza, necesita ciertas condiciones que son difíciles de predecir, como tener continuidad, no lesionarse seguido o no sufrir lesiones graves y, en lo posible, tener la fortuna de que lo acompañe, aunque sea por ciclos, un equipo ganador o con ambiciones de serlo.

Acaso hoy sea algo temprano para que sepamos si con Lamine Yamal estamos en presencia de un genio, pero ya hay varios indicios de que sí puede llegar a serlo y eso genera en los amantes del fútbol una esperanza sin igual, de esas que no tienen camiseta, que se alimentan de la ilusión de motivarse ante cada partido sabiendo que su presencia nos garantiza, además por su corta edad, muchos años de felicidad.

Ya por esto, vale la pena ilusionarse.

__________________________________________________________________________________________________________________________________________ Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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