MEDIO ORIENTE

Irán amenazá con cerrar el "Estrecho de Ormuz" tras los ataques, Estados Unidos respondió que "es un suicidio"

Como respuesta a los ataques de EE.UU. a instalaciones nucleares, Irán analiza cerrar el Estrecho de Ormuz, un punto importante del comercio petrolero mundial.

En respuesta a los recientes bombardeos de Estados Unidos sobre su infraestructura nuclear, Irán analiza bloquear el Estrecho de Ormuz, uno de los corredores marítimos más importantes para la circulación del petróleo a nivel global.

La propuesta fue impulsada por el Parlamento iraní, conocido como Asamblea Consultiva Islámica, aunque la ejecución de esta medida dependerá de la autorización del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. Así lo explicó el general Esmaeil Kousari, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional, quien indicó que si bien la mayoría parlamentaria considera necesario cerrar el estrecho, la decisión final será tomada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.

El Estrecho de Ormuz es compartido por Irán y el sultanato de Omán. Cualquier maniobra militar en esta zona implicaría arrastrar al conflicto a una nación vecina que mantiene la paz y buenas relaciones con Teherán.

Por este angosto pasaje de 212 kilómetros de largo, circula aproximadamente una quinta parte del petróleo que se comercializa en el mundo. En su parte más estrecha, apenas cuenta con 40 kilómetros, lo que obliga a las embarcaciones a utilizar estrechos corredores de navegación. Esa limitación le otorga a Irán una ventaja táctica si decide obstaculizar el tránsito marítimo.

Una eventual interrupción en el Estrecho tendría repercusiones globales, ya que por esa vía se movilizan anualmente unos 600 mil millones de dólares en crudo. No obstante, esta acción también implicaría riesgos para el propio régimen iraní, que depende fuertemente de sus exportaciones de petróleo.

Si la medida se concreta, el precio del barril de Brent podría escalar hasta los 120 dólares, y ante un conflicto prolongado, incluso alcanzar los 150 dólares, generando un fuerte impacto en los mercados internacionales.

El vicepresidente de EE.UU., J.D. Vance, reaccionó ante la amenaza y calificó la posibilidad como un "suicidio económico" para Irán. "Toda su economía depende de ese paso marítimo. ¿Por qué lo harían? No tiene ningún sentido", afirmó.

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