Glaciares en retroceso: advierten pérdidas de hasta el 60% en zonas de Mendoza
Laura Zalazar, coordinadora del Inventario Nacional de Glaciares, explicó la magnitud del retroceso y alertó por la falta de recursos para el monitoreo
En Mendoza y otras regiones de la cordillera, el retroceso de los glaciares muestra cifras preocupantes. En cuencas del sur provincial, como la del río Grande en Malargüe, se registraron pérdidas de superficie de hasta un 60% en las últimas décadas, mientras que en áreas del norte la reducción ha sido menor.
Estos cuerpos de hielo son claves para regular el recurso hídrico, sostener la biodiversidad y garantizar agua en épocas de sequía.
En diálogo con Radio Jornada 91.9, la coordinadora del Inventario Nacional de Glaciares, Laura Zalazar explicó que la entidad que representa -creada por ley en 2010- se actualiza cada cinco años, pero hoy enfrenta serias dificultades por la falta de presupuesto. Aclaró que el dato de una pérdida nacional del 42% en 30 años no proviene de sus estudios, aunque sí confirmó una aceleración en la disminución desde 2010, impulsada por el cambio climático y la presión de actividades humanas.
Retrocesos desiguales según la región
Salazar precisó que, en el noroeste del país, la pérdida de área descubierta de glaciares fue del 17% en la última década.
En Mendoza y el sur de San Juan, el retroceso total ronda el 36% desde mediados de los años 80, con marcadas diferencias según ubicación y altitud. En la cuenca del río Tunuyán, la reducción es del 25%, mientras que en el río Grande alcanza un 60%, debido a que sus glaciares se encuentran a menor altura y son más vulnerables al aumento de temperaturas.
Importancia vital para el agua y la economía
Los glaciares funcionan como reguladores del recurso hídrico, liberando agua de manera paulatina y sosteniendo el caudal en los meses más secos.
Además, son reservas estratégicas de agua dulce, contribuyen a la biodiversidad, atraen turismo y ofrecen información científica clave.
En provincias áridas y semiáridas como Mendoza, su retroceso implica riesgos para la producción, el abastecimiento y la economía regional.
Falta de recursos y desafíos de gestión
El inventario de glaciares se realiza a partir de imágenes satelitales y validaciones en terreno, que incluyen mediciones in situ con estacas para calcular pérdidas y acumulaciones de hielo.
Sin embargo, desde 2024 el programa no recibe presupuesto para estas tareas, lo que dificulta el monitoreo anual previsto por ley.
Zalazar subrayó la necesidad de ordenar las actividades en la montaña, evaluar el impacto de la minería y escuchar a las comunidades locales.
También instó a informarse por fuentes confiables y a tomar conciencia de que cuidar los glaciares es cuidar el agua y el futuro.