La cifra de muertos por fentanilo contaminado no deja de crecer: al menos 38 personas fallecieron tras recibir dosis de esta sustancia adulterada en hospitales de la Ciudad de Buenos Aires, la provincia y Santa Fe. Otros 37 pacientes resultaron afectados, 22 con infecciones confirmadas y 15 aún bajo seguimiento médico.

La tragedia podría ser aún más grave: en Balcarce se investiga otro fallecimiento sospechoso, y en Santa Fe la ministra de Salud mantiene en revisión más casos dudosos. La sustancia adulterada fue elaborada por HLB Pharma, uno de los laboratorios bajo la lupa de la Justicia.

El caso acumula ya un mes de pesquisa judicial y expone una cadena de advertencias ignoradas, vínculos con sectores de poder y fallas graves en el sistema de control sanitario. El fentanilo, una droga que es 50 veces más potente que la heroína, debería estar completamente esterilizada. Pero eso no ocurrió.

Aunque el brote comenzó en mayo, las señales de alerta habían sido emitidas años atrás. La Anmat había cuestionado reiteradamente a HLB Pharma Group y Ramallo, los laboratorios responsables de distribuir fentanilo con al menos tres tipos de bacterias. Sin embargo, ninguna advertencia derivó en sanciones ni en la suspensión de productos del mercado.

Las fallas detectadas por el organismo regulador incluían graves problemas de trazabilidad y violaciones a las normas de producción segura. Hoy, la falta de medidas previas está siendo investigada como posible causa de esta catástrofe sanitaria.

Uno de los principales desafíos de la investigación es establecer cuántas personas fallecieron realmente y qué hospitales recibieron los lotes contaminados. Además, no se ha logrado recuperar todas las unidades de fentanilo que aún podrían estar en circulación.

La Anmat denunció a HLB Pharma por obstaculizar el rastreo de los lotes distribuidos. Según la entidad, sin esa colaboración es imposible cumplir con lo que exige la Justicia: retirar todos los viales potencialmente letales.

En el plano empresarial, HLB Pharma aparece relacionado con Ariel García Furfaro, quien fuera socio del sindicalista K Víctor Santa María. Furfaro asegura haber vendido la compañía y denuncia un supuesto "sabotaje interno". A su vez, Jorge Salinas, actual titular de Ramallo, también está bajo sospecha: en el pasado dirigió Laboratorios Apolo, involucrado en una explosión industrial en Rosario hace más de 10 años.

En Argentina, el fentanilo no se comercializa libremente ni siquiera bajo receta, por lo que su uso está restringido al ámbito hospitalario. Pero por su potencia extrema, cualquier error o contaminación en su fabricación puede provocar coma o la muerte.

Los lotes identificados como contaminados son: 31202 (el más letal), 31245, 31246, 31247 y 31076. Todos ellos contienen restos bacterianos detectados por el Instituto Malbrán en análisis realizados por orden judicial.

Los fallecimientos ocurrieron en instituciones médicas de distintas provincias. Se reportaron:

15 muertes en el Hospital Italiano de La Plata

6 en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez de Rosario

2 en el Hospital Cullen de Santa Fe

3 en el Instituto Cardiovascular de Rosario

1 en el Hospital Italiano de Rosario

1 en el Sanatorio Italiano Centro

9 en el Sanatorio Parque de Rosario

1 en el Sanatorio Dupuytren de CABA