"Un camión varado en la cordillera pierde hasta 300 dólares por día"
Ricardo Squartini, presidente de Aprocam, alertó en Radio Jornada sobre el grave impacto económico de los cierres del paso a Chile
La llegada del invierno vuelve a poner en jaque a los transportistas de camiones que deben cruzar por el Paso a Chile. Los cierres por nevadas o tormentas, sumados a la lentitud de los trámites aduaneros, provocan demoras costosas y perjuicios para la economía regional y nacional.
En diálogo con "Matinal" en Radio Jornada 91.9, Ricardo Squartini, presidente de Aprocam, explicó que cada camión detenido representa pérdidas de entre 200 y 300 dólares diarios. Además, reclamó mayor coordinación binacional para reducir demoras cuando las condiciones climáticas permiten circular.
Costos que se acumulan y amenazan la actividad
Squartini explicó que la actividad del transporte de camiones ya venía golpeada por la caída del consumo interno, el descenso de cargas internacionales y el encarecimiento del combustible y salarios. En ese contexto, los cortes intermitentes del paso internacional empeoran todavía más la situación de los dueños de camiones y choferes, que siguen pagando seguros, patentes e impuestos aunque el vehículo permanezca detenido.
"Estamos con una merma de trabajo importante. Cada día parado implica entre 200 y 300 dólares de pérdida, porque los costos fijos siguen corriendo", sostuvo Squartini. A fin de mes, esos gastos se convierten en una carga insostenible, ya que deben abonarse sueldos, seguros y otros conceptos sin excepción.
Qué hacer con la burocracia en alta montaña
Aunque la naturaleza impone cierres del paso en época invernal, el representante de Aprocam cuestionó también la burocracia y la falta de personal en el complejo aduanero de Uspallata. Según detalló, el trámite en el ACI (Área de Control Integrado) no cuenta con la dotación de personal adecuada, y cuando finalmente se habilita la ventana de paso, los procesos administrativos son excesivamente lentos.
"Podemos tener todo listo de este lado, pero si la aduana chilena pone solo un funcionario, se genera un cuello de botella. Así terminan regulando el flujo de camiones a cuentagotas", describió Squartini. Por ello, insistió en que la coordinación bilateral es clave para aprovechar al máximo las horas en que el paso se mantiene abierto.
Infraestructura deteriorada y peajes en debate
A la par de los problemas climáticos y de gestión, Squartini apuntó a las malas condiciones de la ruta internacional del lado argentino. Sostuvo que los camiones regresan con roturas frecuentes por el mal estado de la carpeta asfáltica y banquinas peligrosas. En ese marco, dijo que los empresarios del transporte no se oponen a pagar peajes, pero reclamaron que primero se arregle la infraestructura.
"Si la ruta está en condiciones y después cobran el peaje, no nos vamos a oponer, incluso puede bajar el costo por menos roturas", indicó. El dirigente también mencionó que las condiciones actuales favorecen los accidentes, dado que un vehículo que sale de la calzada hacia la banquina luego no puede reincorporarse con facilidad, lo que agrava los riesgos de siniestros.
Un reclamo que se repite año tras año
El titular de Aprocam subrayó que estos reclamos no son nuevos. Cada invierno vuelve la misma discusión: cortes preventivos prolongados, demoras burocráticas y falta de infraestructura adecuada. Aunque cada tanto surgen proyectos binacionales o encuentros de alto nivel político, Squartini consideró que las soluciones siguen demorándose.
"Podemos tener muchas reuniones, incluso entre presidentes, pero si no hay cambios en la coordinación y el trabajo de la aduana chilena, la situación no mejora", lamentó. Finalmente, pidió que se extiendan los horarios de atención en temporada invernal, siempre y cuando el clima lo permita, para reducir la cantidad de camiones varados soportando las bajas temperaturas extremas en la montaña.