Mundial de Clubes

El golpe del Botafogo y la genialidad de Messi

A Renato Paiva le tocó un trabajo muy difícil, el de reemplazar a Artur Jorge, campeón de la Copa Libertadores en diciembre pasado con el Botafogo, en Buenos Aires, ante Atlético Mineiro. Desde ese entonces hasta hoy, en fútbol, es como si hubiera pasado una década.

Por Sergio Levinsky desde Miami

Los equipos sudamericanos que consiguen títulos terminan desprendiéndose de sus estrellas a los pocos mes podríaes, ante la voracidad del mercado europeo que, si no se mantiene igual, engorda cuando consigue un objetivo. El Paris Saint Germain acaba de ganar la UEFA Champions League hace apenas veinte días, en Munich, al golear 5-0 al Inter y debutó en este Mundial de Clubes con otro rotundo 4-0 ante el Atlético Madrid.

Era difícil, entonces, pensar que un equipo como el Botafogo que perdió a jugadores fundamentales de diciembre pasado (como, por ejemplo, el argentino Thiago Almada), podía oponerle demasiada rivalidad a un plantel tan rico como el del PSG, cuya billetera es ilimitada por ser uno de los llamados "clubes-Estado", de estos que reciben fondos ilimitados desde un país a través de fundaciones o auspicios, como ocurre en este caso desde Qatar.

Sin embargo, Botafogo volvió a quedar en la historia, como cuando en diciembre obtuvo su primera Copa Libertadores, al vencer al gigante PSG de Luis Enrique por 1-0 con gol de su potente delantero Igor Jesús a los 36 minutos del primer tiempo y luego resistir, con un muy buen planteo, juego limpio y dos líneas de cuatro muy cerradas, con un gran arquero John, dos centrales como Jair Cunha y el argentino Alexander Barboza, y dos volantes como Allan y Gregore, y casi no permitir ni una sola llegada clara de gol de su adversario hasta los minutos de descuento, cuando ya ingresaron nueve de los once habituales titulares.

Es cierto que el asturiano Luis Enrique puso, de inicio, algunos suplentes porque no estaban ni Marquinhos ni Nuno Mendes en la defensa, ni Joao Neves ni Fabián Ruiz en el medio, ni Dembélé ni Barcola en el ataque, pero es muy difícil hablar de "suplentes" en un plantel tan rico, que cuenta con tanto recambio, y menos cuando, al comprobar lo dificultoso que se hacía llegar hasta el arco de John, el entrenador dispuso el ingreso de todos los habituales menos Marquinhos y Dembélé, aunque tampoco pudieron.

Este partido, en otro tiempo de formato distinto, habría sido el de la Copa Intercontinental, esa que se disputaba en Japón entre el campeón de la Copa Libertadores y el de la Champions, aunque hoy el contexto cambió y se amplió a otras latitudes, pero con esto queremos significar la importancia del triunfo del equipo carioca, hasta ahora el resultado más importante de este Mundial de Clubes.

Ahora, el Grupo B tiene el problema impensado de que Botafogo lo lidera con 6 puntos, seguido del PSG y el Atlético Madrid con 3, a falta de una sola fecha en la que los españoles estarán obligados a vencer al Botafogo, en otra final, porque en caso de igualdad de puntos, se contará el resultado entre ellos. En cambio, PSG terminará su participación ante el Seattle Sounders, aguerrido conjunto local pero que no ha podido cosechar puntos en los dos primeros partidos.

En el grupo A, si por un lado Palmeiras ratificó su fortaleza como uno de los dos equipos más fuertes de Sudamérica junto al Flamengo, venciendo por 2-0 a los egipcios de Al Ahly (con un gol del argentino exLanús José "Flaco" López), y sin goles en contra cosechó 4 puntos sobre 6, por otro, el Inter Miami generó otra sorpresa en el torneo al revertir un 0-1 antre el Porto (con gol del delantero Samu) para terminar ganando 2-1 en Atlanta con tantos del venezolano Telasco Segovia y una genialidad de Lionel Messi, ejecutando maravillosamente un tiro libre recto al arco.

A cuatro días de cumplir 38 años, y lejos físicamente de lo que fue, Messi generó varias situaciones claras de gol que ni Luis Suárez (muy lejos de su nivel) ni sus compañeros pudieron concretar. Gracias a su magia, el Inter Miami cosechó ya cuatro puntos y un empate ante el Palmeiras va a clasificar a los dos, lo cual ya da lugar a especulaciones sobre un posible "Biscotto", como llaman los europeos a la situación por la que dos equipos pueden ayudarse mutuamente en un mismo partido y pueden perjudicar a un tercero (en este caso, el Porto).

Por lo demás, esperamos por el Boca-Bayern Munich de esta noche aquí en Miami, y la pregunta sobre los xeneizes podrán arrancar un buen resultado ante una de las grandes potencias, acaso con el amargo recuerdo de la Copa Intercontinental de 2001, cuando los alemanes, jugando con uno más desde el principio, vencieron 1-0 en el alargue con un gol de Samuel Kouffour. La venganza, se suele decir, es un plato que se sirve frío...

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