Reconoce que nada le fue fácil desde el comienzo en su San Juan natal. Dice que todo le costó y que fue dejando sudor en el camino.

El interlocutor es Orlando Pelichiotti, para muchos fotógrafo, para nosotros reportero gráfico, de esos que se toman el tiempo necesario para la mejor toma, con ojo experto, para conseguir esas fotos que hablan por sí solas, a las que les sobra el epígrafe. De aquella siesta sanjuanina donde las opciones eran bañarse en el canal o correr el tren a las muestras en La Habana, Panamá, Francia, Holanda, India, Uruguay entre otros lugares del mundo. También as 13 libros publicados que andan desparramados por el planeta y con exposiciones actuales en París, Bogotá y Buenos Aires.

Llegó con su simplicidad y su sonrisa preparado para dialogar con Luis Ábrego en "Lado A" en Radio Jornada (FM 91.9) "en casa sabíamos que teníamos que tener un oficio y teníamos que estudiar", nos cuenta. Agrega "no dejé de ir a bañarme al canal pero encontré espacios y me dí cuenta de que la fotografía era una pasión y empecé a sacar fotos desde muy joven y a los 15 años me encontré que tenía un portfolio gigante con el que llegué a esa edad a una galería muy importante de Córdoba y me inauguraron la muestra a los pocos meses y se vendieron todas".

Agrega que después de terminar los estudios en una escuela técnica decidió irse a vivir a Santiago de Chile donde ya le vendían sus obras. Y entre muestra y muestra encontró a Mendoza, me quedaba cerquita de casa afirma, y a los 20 años egresó en Turismo "mi primer título universitario", dice orgulloso.

"Ahí fue cuando Delfor Rodríguez, una guía en mi vida, me hizo entrar al diario Los Andes donde trabajé por 29 años", contó. "Así hice mi carrera hasta que un día Pepe Tosso me dice ‘che escribime unas líneas', las escribí y me gustó. Yo ya venía escribiendo pero por la poesía, nada que ver y me gustó. De ahí en más empecé a preguntar, a aprender del negro Julio Castillo que en ese momento estábamos en el Círculo de Periodistas de Mendoza. Esos maestros me decía si no tenes nada que hacer anda generá y buscala", señaló.

Aprovechó para recordar la enorme figura de Máximo Arias, "un grande como fotógrafo y cómo persona", coincidieron en remarcar.

Contó que fue en Francia con impulso de dos artistas de ese país que comenzó a realizar intervenciones plásticas desde la fotografía.

Señaló que entre sus referentes se destaca "el tano Arcidiácono con quién expuse en el Dardo Rocha de La Plata, una persona muy cuidadosa, muy ordenada. Yo soy más sanjuanino dijo entre risas".

"Ahora viajo más. En este momento estoy con una selección en el Centro Cultural Colegiales en Buenos Aires. También estoy exponiendo en Colombia, el primer premio en la Bienal en Bogotá, además en La Habana fuimos por la 15ta.Bienal", comentó.

Señaló que pudo por primera vez postular para un salón Vendimia y sorpresivamente "quedé ni seleccionado, fue raro", señaló y agregó sobre la serie Fractales "son obras de 15- 20 metros, la más chica es de 5 metros. Son obras que ya rodaron por 16 países, ahora está en San José de Costa Rica y en Cartago y en dos semanas inaugura en Bariloche durante toda la temporada de nieve, después Esquelen un circuito comercial donde en total vamos a trabajar en 40 galerías y museos de un montón de países", dijo.

Y así entre historias que mezclaron la risa, la historia y sus recuerdos, amigos y la reflexión Pelichotti pasó por el estudio de la radio dejando también su impronta.

Y así se fue, el ojo atento, el dedo listo, cuidado realidad Pelichiotti anda suelto.