Caída del Consumo

Duro panorama para la industria del vino argentino

Un detallado informe sobre el sector vitivinícola detalló los desafíos que enfrenta tanto a nivel local como en el comercio exterior y explicó que innovaciones debe implementar la Argentina para poder competir. La facturación cayó 7,9%.

Redacción

 El sector vitivinícola argentino enfrenta un complejo panorama por un conjunto de razones en el que se mezclan las dificultades de la macroeconomía, con inestabilidad financiera y cambiaria, y las tendencias del mercado global, con una caída del consumo global y menores posibilidades de exportación. Las exigencias para los productores argentinos se resumen en una frase: para ser competitivo y rentable, hoy es necesario vender menos cantidad a un precio mayor. A la vez, hay que innovar en forma constante para poder ganarse un lugar en una góndola global que cada vez ofrece más opciones.

 Esas fueron las conclusiones de un extenso informe del consultor Javier Merino, presentado días atrás durante el 6° Foro de Inversiones y Negocios del Consejo Empresario Mendocino ante un nutrido auditorio de representantes del sector.

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En agosto se exportaron 17,3 millones de litros entre vino fraccionado y a granel. La facturación cayó 7,9%. 

El escenario actual para los bodegueros, destacó Merino, trae exigencias de toda clase. "Hay un océano de marcas, es imprescindible diferenciarse para ser competitivo. El mercado mundial se enfocó en producir un menor volumen a un precio más alto. La tecnología y la diversificación de los canales de distribución impulsan ese proceso", concluyó.

Competencia global

La competencia que enfrenta a la tradición del vino frente a otras bebidas es global. Y los tiempos juegan en contra: para cambiar sus productos un bodeguero necesita varios años mientras que otras bebidas lo hacen mucho más rápido. En los últimos 15 años, el consumo mundial de vino cayó un 7,5%. En el mismo período, el consumo de vino de los argentinos se redujo un 37%. Más allá de los factores macro, "el sector muestra claras señales de haber llegado a un madurez en su ciclo de vida" que entre otras consecuencias trae una caída en su participación en el mercado mundial a la par de la merma en el mercado interno.

Menos facturación

Los ingresos por exportaciones también cayeron sustancialmente. Así lo demuestran no sólo los US$ 60,8 millones facturados en agosto (-16,3% en relación a un año atrás), sino el acumulado en lo que va del 2025.

Las ventas entre enero y agosto de este año reportaron US$436,2 millones, contra US$ 473,6 millones durante los primeros 8 meses del 2024. Esto es, 7,9% menos de un año al otro, según la estadística del INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura).

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