Dos arrepentidas del Polo Obrero detallaron el mecanismo de extorsión y venta de alimentos del Estado
“Pavimento Alegre”, en villa Zabaleta, figuraba como comedor, pero era un centro de distribución de mercadería que se le cobraba a los más pobres. Todos los beneficiarios estaban obligados a asistir a todas las marchas
La investigación sobre los comedores fraudulentos y las extorsiones a los beneficiarios sigue sumando datos, denuncias y arrepentidos. Es el caso de Rozy Giménez y Miguela Vera, una exdelegada y una exbeneficiaria del Polo Obrero en Villa Zabaleta (Villa 21-24), que ratificaron que era ellas quienes les cobraban una mensualidad a los beneficiarios y amenazaban a quienes no fuesen a marchar.
“Yo iba a todas las marchas porque no quería perder mi mercadería
Miguela Vera recibía el plan Potenciar Trabajo a través del Polo Obrero. Vive frente al centro de distribución “Pavimento” y confirmó el testimonio de Giménez. “Tenía que pagar cápita y tenía que pagar la mercadería. Me cobraban para entregar el fresco también”, denunció. Quienes se atrasaban con el pago, aseguró, debían abonar un monto mayor el mes siguiente.
Vera retiraba los alimentos una vez al mes, pero en una ocasión, le prohibieron retirarlos porque no había cumplido con el requisito más importante: “No querían dármelos porque no fui a la marcha”, señaló y agregó: “Yo iba a todas las marchas porque no quería perder mi mercadería y no quería perder el Potenciar Trabajo”.