Entrevista en Radio Jornada

Cómo es la experiencia de montar una fábrica de papel higiénico en el penal de Almafuerte, con internos capacitados y remunerados

Hernán Fontana, cofundador del proyecto, contó los detalles de este proyecto que apunta a la reinserción de los internos a través del trabajo

Redacción

En una iniciativa nueva en Mendoza, la empresa Suavipack abrió una fábrica papel higiénico y servilletas dentro del complejo penitenciario de Almafuerte, con la participación activa de internos del penal. Se trata de una alianza entre el sector público y privado que promueve la capacitación laboral y la educación formal como herramientas para la reinserción.

En diálogo con Radio Jornada 91.9, Hernán Fontana, cofundador de Suavipack, brindó detalles del proyecto, que ya funciona con 25 internos en turnos rotativos. El emprendimiento recibió el apoyo del Ministerio de Producción, el Ministerio de Seguridad y el Servicio Penitenciario, y apunta a consolidarse como un modelo replicable en otros penales.

Cómo nació la idea y cómo funciona la planta

La iniciativa surgió a partir de una propuesta de "Los Caciques", el equipo de rugby que trabaja en el penal con valores de integración y superación. "Nos ofrecieron un galpón en Almafuerte, y decidimos asumir el desafío", contó Fontana. Así nació Suavipack como una alianza entre una empresa sanjuanina con experiencia en papel tissue y el grupo constructor Fonter.

Actualmente, la planta funciona dentro del penal, en el sector más interno, con 25 personas privadas de libertad. "Trabajan en turnos de mañana o tarde, y deben estudiar si no tienen la primaria o secundaria completas. Además, reciben una remuneración proporcional a la producción, que pueden utilizar o conservar hasta su liberación", explicó el empresario.

La empresa también entrega certificados laborales que servirán como antecedentes positivos al recuperar la libertad. "Es clave que tengan algo para mostrar cuando salgan. Hoy no tienen antecedentes laborales, ni posibilidad de justificar experiencia. Esto les da una oportunidad concreta", agregó.

Un desafío empresarial con fuerte impacto social

Fontana resaltó la complejidad de trabajar dentro de un penal de máxima seguridad. "Es mucho más difícil producir ahí adentro. Necesitamos cuatro veces más gente que afuera por la lógica del lugar, las normas de seguridad, los tiempos. Pero vale la pena", aseguró.

La selección del personal la realiza el Servicio Penitenciario, priorizando conducta, disciplina y voluntad de superación. Además, la empresa cuenta con una responsable de planta que trabaja dentro del penal y evalúa a diario el desempeño de los internos.

Las condiciones laborales se adaptan a protocolos estrictos de higiene y seguridad, tanto para los trabajadores internos como para el equipo externo. "Tienen sus baños, sus uniformes, su calzado de seguridad. Hay normas para entrar, para salir, para manipular materiales. Incluso hacer un asado por la inauguración requirió un protocolo especial", relató.

Un modelo que puede crecer y necesita apoyo

Actualmente, Suavipack cuenta con cuatro líneas de producción en funcionamiento y una quinta en camino. El espacio físico ya les queda chico y proyectan ampliar el galpón con apoyo institucional. "Tanto el Servicio Penitenciario como los ministerios nos acompañan en este crecimiento. La idea es escalar", afirmó Fontana.

La empresa aún no vende al consumidor final, pero apunta a ingresar a supermercados y ampliar su red de distribución. También incentiva la creación de microemprendimientos: "Queremos que mujeres, vecinos, cualquiera que quiera vender nuestros productos, lo haga. Ya estamos armando puntos de venta familiares".

El mensaje final de Fontana fue claro: "Creemos en las segundas oportunidades. Si de diez personas que salen, logramos que tres no reincidan, ya es muchísimo. Esto no se trata solo de producir papel higiénico, sino de ayudar a reconstruir vidas".

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